Que película triste. Algunas de las cosas que pensé mientras la veía:
Tiene del Neorrealismo el uso del blanco y negro, los exteriores y la miseria de la posguerra.
Los actores profesionales, el tema, la narración como en viñetas, los personajes del circo, la religión, los músicos y la nostalgia son bien propios del universo de Fellini y la música de Nino Rota, por supuesto.
A diferencia del Neorrealismo, a Fellini no le interesa hacer un comentario social, lo que le importa es escudriñar el alma de sus personajes, la soledad y el vacío que sienten, algo que se repetirá en muchas de sus películas posteriores.
Son personajes de los márgenes, hasta allí los ha llevado no solamente la pobreza material, sino también algún tipo de daño espiritual:
- Zampanò es un bruto, como en su acto callejero reiterado hasta el cansancio, sólo sabe ejercer la fuerza o aprovechar ciertas ventajas que se le presentan. Está impedido de dar o recibir otra cosa, como el amor y el cuidado de Gelsomina o el humor de Il matto.
- Gelsomina muestra una inocencia, una curiosidad y un deslumbramiento por lo que la rodea, propios de una criatura, está abierta a sus sentidos y esa extrema sensibilidad la llevará a refugiarse en la locura cuando la realidad le resulte demasiado insoportable.
- Il Matto, en su condición de loco es el único reflexivo de los tres. Acá Fellini recupera esa figura del bufón o del loco habilitado por su propia condición para decir la verdad, aunque sea una impertinencia o resulte inconveniente. Es un personaje al que su caminar por la cuerda floja le da una especie de comprensión del alma humana, sabe que la vida tiene un propósito pero también que es efímera, que dura poco.
- Si pienso en el destino de los tres personajes, la película me parece muy desesperanzadora. Creo que en esta clave tendría que volver a ver más de una película de Fellini, dejando un poco de lado esa fascinación que genera sus universos casi surrealistas, para ver qué nos dice de la condición humana. Porque creo que si algo se repite en él es esta pregunta por el vacío y por el sentido de estar en el mundo.
Me gustaron especialmente:
- La escena donde pasan esos músicos que van en fila tocando por la carretera, salen de la nada y se pierden en la nada ante los ojos fascinados de Gelsomina, alucinante y súper felliniana.
- La escena del espectáculo de Il Matto, con todas esas personas abigarradas alzando sus cabezas hacia el cielo (un poco como en Varieté ante el acto de los trapecistas).
- Las escenas del casamiento y de la procesión.
- El espíritu solidario que muestran en general los personajes secundarios: las mujeres que le acercan sopa cuando Zampanò se fue con la prostituta, las monjas que les dan refugio, la viuda de la escena del casamiento que les da de comer, las troupes de los circos.
- El espíritu alegre de los chicos, son chicos que juegan, que se divierten, que no tienen temor, que se relacionan con los adultos con naturalidad y -en el caso de los del casamiento- que quieren llevarle alegría al chico enfermo. Se ve poco de eso hoy.
- Una de las escenas finales cuando Zampanò escucha a la mujer cantando la canción de Gelsomina, me gustó que por momentos su voz es casi una voz en off, al ser tapada por las sábanas que está colgando. Casi se podría pensar que toda esa secuencia funciona como una alucinación auditiva gracias a la cual Zampanò tomará conciencia de lo que perdió y del vacío de su vida.
Es un comentario tan hermoso como la película, Mariana. No queda mucho por decir. Es una tristeza hermosa la que siempre veo en Fellini, una tristeza melanco. Hasta la crueldad se vuelve poética. Están todos los sentimientos, las alegrías y las penas, en una canción del mismo color. Es tan doloroso ese final... incluso más que el de Las noches de Cabiria. Y eso que eso em dejó destruida. Las caras de Giulietta Masina son invaluables. Oro.
Que película triste. Algunas de las cosas que pensé mientras la veía:
ReplyDeleteTiene del Neorrealismo el uso del blanco y negro, los exteriores y la miseria de la posguerra.
Los actores profesionales, el tema, la narración como en viñetas, los personajes del circo, la religión, los músicos y la nostalgia son bien propios del universo de Fellini y la música de Nino Rota, por supuesto.
A diferencia del Neorrealismo, a Fellini no le interesa hacer un comentario social, lo que le importa es escudriñar el alma de sus personajes, la soledad y el vacío que sienten, algo que se repetirá en muchas de sus películas posteriores.
Son personajes de los márgenes, hasta allí los ha llevado no solamente la pobreza material, sino también algún tipo de daño espiritual:
- Zampanò es un bruto, como en su acto callejero reiterado hasta el cansancio, sólo sabe ejercer la fuerza o aprovechar ciertas ventajas que se le presentan. Está impedido de dar o recibir otra cosa, como el amor y el cuidado de Gelsomina o el humor de Il matto.
- Gelsomina muestra una inocencia, una curiosidad y un deslumbramiento por lo que la rodea, propios de una criatura, está abierta a sus sentidos y esa extrema sensibilidad la llevará a refugiarse en la locura cuando la realidad le resulte demasiado insoportable.
- Il Matto, en su condición de loco es el único reflexivo de los tres. Acá Fellini recupera esa figura del bufón o del loco habilitado por su propia condición para decir la verdad, aunque sea una impertinencia o resulte inconveniente. Es un personaje al que su caminar por la cuerda floja le da una especie de comprensión del alma humana, sabe que la vida tiene un propósito pero también que es efímera, que dura poco.
- Si pienso en el destino de los tres personajes, la película me parece muy desesperanzadora. Creo que en esta clave tendría que volver a ver más de una película de Fellini, dejando un poco de lado esa fascinación que genera sus universos casi surrealistas, para ver qué nos dice de la condición humana. Porque creo que si algo se repite en él es esta pregunta por el vacío y por el sentido de estar en el mundo.
Me gustaron especialmente:
- La escena donde pasan esos músicos que van en fila tocando por la carretera, salen de la nada y se pierden en la nada ante los ojos fascinados de Gelsomina, alucinante y súper felliniana.
- La escena del espectáculo de Il Matto, con todas esas personas abigarradas alzando sus cabezas hacia el cielo (un poco como en Varieté ante el acto de los trapecistas).
- Las escenas del casamiento y de la procesión.
- El espíritu solidario que muestran en general los personajes secundarios: las mujeres que le acercan sopa cuando Zampanò se fue con la prostituta, las monjas que les dan refugio, la viuda de la escena del casamiento que les da de comer, las troupes de los circos.
- El espíritu alegre de los chicos, son chicos que juegan, que se divierten, que no tienen temor, que se relacionan con los adultos con naturalidad y -en el caso de los del casamiento- que quieren llevarle alegría al chico enfermo. Se ve poco de eso hoy.
- Una de las escenas finales cuando Zampanò escucha a la mujer cantando la canción de Gelsomina, me gustó que por momentos su voz es casi una voz en off, al ser tapada por las sábanas que está colgando. Casi se podría pensar que toda esa secuencia funciona como una alucinación auditiva gracias a la cual Zampanò tomará conciencia de lo que perdió y del vacío de su vida.
Es un comentario tan hermoso como la película, Mariana.
ReplyDeleteNo queda mucho por decir.
Es una tristeza hermosa la que siempre veo en Fellini, una tristeza melanco. Hasta la crueldad se vuelve poética.
Están todos los sentimientos, las alegrías y las penas, en una canción del mismo color.
Es tan doloroso ese final... incluso más que el de Las noches de Cabiria. Y eso que eso em dejó destruida.
Las caras de Giulietta Masina son invaluables. Oro.
No sé cómo incluir coranzoncitos Cora, así que apelo a tu imaginación ;)
ReplyDelete♥ ♥ ♥
Delete(Alt + 3) 😉
¿Sabés que no? Si copio los tuyos , sí ♥ ♥ ♥. Igual que la carita 😉
ReplyDelete¡Qué raro!