No encuentro las palabras exactas para describir el clima de la película, sin llegar a ser autoritario ni represivo tiene mucho de lo que para mí es central en la idiosincrasia española (o al menos de esa época y de las generaciones que se criaron bajo el franquismo y/o el catolicismo): la muerte como algo omnipresente, el martirio y el dolor como cualidades exaltadas, un clima opresivo ligado al pensamiento religioso, cierto regodeo en el sufrimiento, el ocultamiento y la hipocresía como maneras de vincularse con el otro.
Ante esto Ana aparece como la figura que opone resistencia, una resistencia convencida, militante, por momentos feroz. Es que la vida de Ana gira en torno a la muerte de su madre y sus consecuencias -un poco como le pasa a la Paulette de Jeux interdits- y si hay tanta muerte dando vueltas, además de volverse cotidiana hay que buscar la manera de elaborarla, hay que tramitarla: imaginando encuentros amorosos con su madre, jugando a matar y resucitar a sus hermanas, enterrando a Roni y rezándoles un Padre Nuestro… También se puede ir un poco más lejos e intentar dominarla: asumiendo que mató al padre, intentando matar a su tía, ofreciendo ayudar a su abuela a dejar este mundo, imaginando un salto al vacío que no termina en caída sino en planeo, cerrando fuerte los ojos para hacer que algo aparezca o desaparezca a voluntad.
La cotidianidad que cobra la muerte para Ana, es reforzada por Saura al ponerla en paralelo con otros conflictos adultos que son tramitados de maneras similares: el juego del matrimonio y la criada (fantástico), el juego con la muñeca a la que se cuida, se acuna, se amamanta y se sermonea.
Algunas escenas son crudas, creo que hoy ningún director filmaría buena parte de ellas. Pero, con excepción de la escena en la que María se retuerce de dolor mientras casi alucina la nada que le espera después de la muerte (un comentario rápido y sutil contra la religión) no hay escenas que yo cambiaría. Y esta escena de la madre muriendo no me gustó porque no me convenció la actuación de Geraldine Chaplin, pero sí me gusta que exista dentro de la película y me parece valiente de parte de Saura filmarla. Creo que la película tiene ese tono adulto, fuerte, nada condescendiente, que se perdió definitivamente a partir de los 80.
Geraldine Chaplin me gustó mucho en las escenas de encuentro con Ana, sumamente amorosas, cálidas, reparadoras, no así en la de su agonía -como ya comenté- ni en la de la discusión con Alterio.
Lindísima la escena final cuando las tres hermanas caminan al colegio y luego se confunden entre el resto de las alumnas mientras suena una vez más Porque te vas en la voz de Jeanette, gran elección de Saura.
Me pareció buenísima... realmente. No sé como hacen los españoles para tener mujeres con los ojos tan brillosos... me fascinan desde que conocí a Charo López en Los gozos y las sombras. Esa nena, Ana, directamente te hipnotiza. Me gusta como funciona el ciclo contando las historias desde el mundo de las niñas y los niños, desde sus perspectivas y emociones. Sobre todo en cómo canalizan la violencia, como procesan la muerte. El tono de esta peli es lo que me gustó, como un thriller... porque, aunque Ana no haya matado a nadie realmente, ella piensa que sí. Y en todos los casos tiene el deseo y la intención de hacerlo. Incluso en esa situación consensuada con su abuela, como un acto piadoso. Siempre es escalofriante ver a un niño en ese lugar. El uso de la música me encanta. Ese disco provoca un gran efecto. Muy bien lograda la articulación entre realidad e imaginación, entre tiempos pasados y presentes. Es una historia bien contada. Buenísimo el personaje de Rosa y algunas escenas que se desprenden de su relación con Ana. Coincido con Mariana en muchos de sus comentarios, sobre lo crudo de algunas imágenes, sobre la crítica a la religión en general y en la escena de sufrimiento de María (el miedo a la nada, bien a lo Séptimo Sello) y sobre la belleza de la escena final.
Para mi esta película es hermosa y me encanta como retrata tantas cosas de la infancia como la relación entre hermanos, el miedo a la muerte, las fantasías e incluso ciertos sentmientos ambivalentes hacia los padres. Y me van a perdonar que me ponga un poco personal pero no puedo dejar de relacionar lo que pasa en esta película con cosas que me pasaron y sentí y que es por lo que creo tan exacta la descripción que logra. Si hasta me vestía igual con la pollera escocesa y la polera! (En 1976 habré tenido la misma edad que Irene en la película)
La relación entre las hermanas está descripta con tanta verosimilitud que podría haber sido mi relación con mis hermanos: Irene, la sensata y sobre la que recae tantas veces una responsabilidad para la que seguro no está preparada, Ana con sus fantasías y ensoñaciones y Maite siempre mirando a la otras e incluso un poco abusada (muy entre comillas) por ellas: me hizo reir mucho cuando cuenta que Ana le dijo que nació después de la muerte de la madre, una forma muy sutil y un poco cruel de dejarla de lado en el vínculo con ella.
Sobre la muerte, más que ligarlo a la religión, yo la vinculo a la infancia misma. Y es omnipresente porque no puede ser de otro modo: estas nenas perdieron a sus dos padres, la peor pesadilla de cualquier niño. Me parece que en cuanto los chicos entienden que hay algo que es la muerte, el temor nace ahí mismo. Y el temor a la muerte de los padres en primer lugar. Qué pasa con un chico, si los padres mueren? No sé si hay algo más terror{ifico que esa miedo. No sé si ustedes lo han vivido: yo tengo un recuerdo muy vívido, aún hoy despues de 50 años, de largarme a llorar una nocha en que mis papás salieron y yo pennsé que iban a tener un accidente y no iban a volver. Sé que nunca hay que preguntar "Me pasa a mi sola...?" porque se corre el peligro de desnudar alguna rareza pero ahí lo dejo.
Coincido en que el clima es opresivo, sobre todo al principio y creo que por la presencia del padre militar, que encarna todo lo autoritario de esa éopoca en España. Y con la muerte del padre es lúgubre porque la muerte ya impregna todo y el temor de la chicas por cómo será su vida a partir de entonces debe ser enorme.
Para mi la película narra el proceso de duelo (y su cierre) de Ana. Me parece que dos cosas contribuyen: 1. La visita a la casa de campo, cuya importancia ella misma admite aunque no entiende. Ahí tiene un acercamiento mayor a Amelia pero sobre todo el juego con las hermanas. Tiene el poder de matar pero también de resucitar y eso la tranquiliza. 2. Ver a la tía con el marido de Amelia. Si Amelia fue la responsable del dolor de la madre, ahora, tal vez, Paulina le provoque dolor a Amelia: es la vengadora perfecta. Tal vez esto sea rebuscado pero les juro que yo viví de niña una situación parecida y mi gratitud a la tercera mujer de mi papá es eterna.
Y digo que cierra el duelo porquwe entiendo que se nois muetsra en las menos estas dos maneras: 1. Incorporación de la tía a la estructura familiar. Ana pasa de imitar a la madre a imitar a la tía. Incluso el intento de matarla la equipara al padre. 2. En una de las escenas iniciales Ana se ve a si misma en lo alto de un edificio del que entendemos que sale volando y pasa por la calle de su casa por delante de los carteles, por los que pasa caminando con sus hermanos y que leo como un cambio de la fantasía a la aceptación de la realidad.
Sobre Geraldine Chaplin siempre me pareció medio injertada en las películas españolas, nunca le pude creer: me parece que es algo de la voz y su acento. Mientras está callada, todo bien.
Las nenas son las tres divinas y están perfectas. Como dice Cora, la mirada de Ana es de una profundidad conmovedora. Sobre la canción me encanta porque es tan ajustada a la situación sin ser lacrimógena. (No sé si les pasó en Juegos Prohibidos pero cada vez que sonaba esa guitarra pensaba "Dale, qué más vas a hacer para hacerme llorar? Dame un respiro") Y la sigo cantando una semana después.
Coincido con lo que decís Malala de que la película capta bien actitudes, comportamientos y fantasías de la infancia. Y es muy interesante tu comentario sobre el duelo.
No encuentro las palabras exactas para describir el clima de la película, sin llegar a ser autoritario ni represivo tiene mucho de lo que para mí es central en la idiosincrasia española (o al menos de esa época y de las generaciones que se criaron bajo el franquismo y/o el catolicismo): la muerte como algo omnipresente, el martirio y el dolor como cualidades exaltadas, un clima opresivo ligado al pensamiento religioso, cierto regodeo en el sufrimiento, el ocultamiento y la hipocresía como maneras de vincularse con el otro.
ReplyDeleteAnte esto Ana aparece como la figura que opone resistencia, una resistencia convencida, militante, por momentos feroz. Es que la vida de Ana gira en torno a la muerte de su madre y sus consecuencias -un poco como le pasa a la Paulette de Jeux interdits- y si hay tanta muerte dando vueltas, además de volverse cotidiana hay que buscar la manera de elaborarla, hay que tramitarla: imaginando encuentros amorosos con su madre, jugando a matar y resucitar a sus hermanas, enterrando a Roni y rezándoles un Padre Nuestro… También se puede ir un poco más lejos e intentar dominarla: asumiendo que mató al padre, intentando matar a su tía, ofreciendo ayudar a su abuela a dejar este mundo, imaginando un salto al vacío que no termina en caída sino en planeo, cerrando fuerte los ojos para hacer que algo aparezca o desaparezca a voluntad.
La cotidianidad que cobra la muerte para Ana, es reforzada por Saura al ponerla en paralelo con otros conflictos adultos que son tramitados de maneras similares: el juego del matrimonio y la criada (fantástico), el juego con la muñeca a la que se cuida, se acuna, se amamanta y se sermonea.
Algunas escenas son crudas, creo que hoy ningún director filmaría buena parte de ellas. Pero, con excepción de la escena en la que María se retuerce de dolor mientras casi alucina la nada que le espera después de la muerte (un comentario rápido y sutil contra la religión) no hay escenas que yo cambiaría. Y esta escena de la madre muriendo no me gustó porque no me convenció la actuación de Geraldine Chaplin, pero sí me gusta que exista dentro de la película y me parece valiente de parte de Saura filmarla. Creo que la película tiene ese tono adulto, fuerte, nada condescendiente, que se perdió definitivamente a partir de los 80.
Geraldine Chaplin me gustó mucho en las escenas de encuentro con Ana, sumamente amorosas, cálidas, reparadoras, no así en la de su agonía -como ya comenté- ni en la de la discusión con Alterio.
Lindísima la escena final cuando las tres hermanas caminan al colegio y luego se confunden entre el resto de las alumnas mientras suena una vez más Porque te vas en la voz de Jeanette, gran elección de Saura.
Me pareció buenísima... realmente.
ReplyDeleteNo sé como hacen los españoles para tener mujeres con los ojos tan brillosos... me fascinan desde que conocí a Charo López en Los gozos y las sombras. Esa nena, Ana, directamente te hipnotiza.
Me gusta como funciona el ciclo contando las historias desde el mundo de las niñas y los niños, desde sus perspectivas y emociones.
Sobre todo en cómo canalizan la violencia, como procesan la muerte.
El tono de esta peli es lo que me gustó, como un thriller... porque, aunque Ana no haya matado a nadie realmente, ella piensa que sí. Y en todos los casos tiene el deseo y la intención de hacerlo. Incluso en esa situación consensuada con su abuela, como un acto piadoso. Siempre es escalofriante ver a un niño en ese lugar.
El uso de la música me encanta. Ese disco provoca un gran efecto.
Muy bien lograda la articulación entre realidad e imaginación, entre tiempos pasados y presentes. Es una historia bien contada.
Buenísimo el personaje de Rosa y algunas escenas que se desprenden de su relación con Ana.
Coincido con Mariana en muchos de sus comentarios, sobre lo crudo de algunas imágenes, sobre la crítica a la religión en general y en la escena de sufrimiento de María (el miedo a la nada, bien a lo Séptimo Sello) y sobre la belleza de la escena final.
Para mi esta película es hermosa y me encanta como retrata tantas cosas de la infancia como la relación entre hermanos, el miedo a la muerte, las fantasías e incluso ciertos sentmientos ambivalentes hacia los padres. Y me van a perdonar que me ponga un poco personal pero no puedo dejar de relacionar lo que pasa en esta película con cosas que me pasaron y sentí y que es por lo que creo tan exacta la descripción que logra. Si hasta me vestía igual con la pollera escocesa y la polera! (En 1976 habré tenido la misma edad que Irene en la película)
ReplyDeleteLa relación entre las hermanas está descripta con tanta verosimilitud que podría haber sido mi relación con mis hermanos: Irene, la sensata y sobre la que recae tantas veces una responsabilidad para la que seguro no está preparada, Ana con sus fantasías y ensoñaciones y Maite siempre mirando a la otras e incluso un poco abusada (muy entre comillas) por ellas: me hizo reir mucho cuando cuenta que Ana le dijo que nació después de la muerte de la madre, una forma muy sutil y un poco cruel de dejarla de lado en el vínculo con ella.
Sobre la muerte, más que ligarlo a la religión, yo la vinculo a la infancia misma. Y es omnipresente porque no puede ser de otro modo: estas nenas perdieron a sus dos padres, la peor pesadilla de cualquier niño. Me parece que en cuanto los chicos entienden que hay algo que es la muerte, el temor nace ahí mismo. Y el temor a la muerte de los padres en primer lugar. Qué pasa con un chico, si los padres mueren? No sé si hay algo más terror{ifico que esa miedo. No sé si ustedes lo han vivido: yo tengo un recuerdo muy vívido, aún hoy despues de 50 años, de largarme a llorar una nocha en que mis papás salieron y yo pennsé que iban a tener un accidente y no iban a volver. Sé que nunca hay que preguntar "Me pasa a mi sola...?" porque se corre el peligro de desnudar alguna rareza pero ahí lo dejo.
Coincido en que el clima es opresivo, sobre todo al principio y creo que por la presencia del padre militar, que encarna todo lo autoritario de esa éopoca en España. Y con la muerte del padre es lúgubre porque la muerte ya impregna todo y el temor de la chicas por cómo será su vida a partir de entonces debe ser enorme.
Para mi la película narra el proceso de duelo (y su cierre) de Ana. Me parece que dos cosas contribuyen:
1. La visita a la casa de campo, cuya importancia ella misma admite aunque no entiende. Ahí tiene un acercamiento mayor a Amelia pero sobre todo el juego con las hermanas. Tiene el poder de matar pero también de resucitar y eso la tranquiliza.
2. Ver a la tía con el marido de Amelia. Si Amelia fue la responsable del dolor de la madre, ahora, tal vez, Paulina le provoque dolor a Amelia: es la vengadora perfecta. Tal vez esto sea rebuscado pero les juro que yo viví de niña una situación parecida y mi gratitud a la tercera mujer de mi papá es eterna.
Y digo que cierra el duelo porquwe entiendo que se nois muetsra en las menos estas dos maneras:
1. Incorporación de la tía a la estructura familiar. Ana pasa de imitar a la madre a imitar a la tía. Incluso el intento de matarla la equipara al padre.
2. En una de las escenas iniciales Ana se ve a si misma en lo alto de un edificio del que entendemos que sale volando y pasa por la calle de su casa por delante de los carteles, por los que pasa caminando con sus hermanos y que leo como un cambio de la fantasía a la aceptación de la realidad.
Sobre Geraldine Chaplin siempre me pareció medio injertada en las películas españolas, nunca le pude creer: me parece que es algo de la voz y su acento. Mientras está callada, todo bien.
Las nenas son las tres divinas y están perfectas. Como dice Cora, la mirada de Ana es de una profundidad conmovedora. Sobre la canción me encanta porque es tan ajustada a la situación sin ser lacrimógena. (No sé si les pasó en Juegos Prohibidos pero cada vez que sonaba esa guitarra pensaba "Dale, qué más vas a hacer para hacerme llorar? Dame un respiro") Y la sigo cantando una semana después.
Coincido con lo que decís Malala de que la película capta bien actitudes, comportamientos y fantasías de la infancia. Y es muy interesante tu comentario sobre el duelo.
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