Fantástica y terrible esta película, la había visto hace un tiempo. La escena del bombardeo en el puente volvió a conmoverme al igual que el final, secuencias muy gráficas respecto del horror de la guerra para la población civil y para los niños en particular que, de pronto, se quedan solos en el mundo. Me trajo el recuerdo de Alemania año 0 (leo que el director de fotografía es el mismo, Robert Juillard).
Al igual que la primera vez que la vi, me llamaron la atención las referencias repetidas a la ignorancia de Paulette respecto del "bon Dieu". Es un detalle que no nos debe pasar inadvertido. Leí en una crítica que podría significar que sus padres quizás fueran librepensadores, votantes del Frente Popular, es decir, de izquierda, motivo por el cual no habrían criado a su hija en la religión, y que la película opone ese modo de vida y de pensamiento parisinos a la vida rural, ignorante, pobre, tradicional y menos impactada por la guerra.
Ahora bien, el comienzo y el final están articulados por estos juegos prohibidos, un intento quizás de elaborar la muerte, juegos en los que Michel oficia de enterrador y sacerdote. Pero lo importante, lo que tendrá para Paulette mayor impacto, es que esos juegos la introducen en el mundo de las creencias religiosas, esas en las que sus padres eligieron no educarla.
La película cierra con Paulette perdida, sola, llorando y llamando a Michel en el medio de una multitud de víctimas de la guerra. Pero aquí nuevamente hay un detalle que Clément destaca: el cartel con el nombre. Paulette, que inicia la película no sabiendo cuál es su apellido, es decir, desconociendo el nombre del padre y por lo tanto su legado, es ahora Paulette Dollé. La hija de los librepensadores se ha convertido (y bien vale la idea de conversión) en la hija no reconocida de unos campesinos que deciden no acogerla. A la pérdida real de sus padres, Paulette debe sumar la pérdida de su identidad, simbolizada en la adopción del apellido del granjero.
Creo que esta puede ser una clave de lectura de la película más allá del más obvio alegato antibélico, como si Clément nos dijera que aunque lo que vemos de las guerras son las pérdidas humanas, el sentido último es acabar con ciertas ideas.
Por supuesto, las actuaciones de los chicos son increíbles y la película, más allá de inicio y final, es muy llevadera. Es muy lindo ver a los chicos desplegar su imaginación y su lógica para explicar lo que pasa y para ir construyendo ese mundo que les permita lidiar con tanta muerte.
Marian, qué interesante comentario. Lamentablemente no creo poder elaborar demasiado porque me la pasé llorando durante toda la película. Demasiadas emociones.
Malala, me hiciste releer mi comentario y pensé 2 cosas:
1) Me gustó que el desconocimiento de Paulette sobre Dios y la religión si bien es mencionado varias veces, no es subrayado, está muy bien integrado a la trama a través de comentarios "anecdóticos" 2) El tema de la pérdida de la identidad y del legado paterno me hizo pensar ahora en los nietos desaparecidos, aunque en el caso de la película se trataría de un "daño colateral" mientras que en la dictadura fue un plan sistemático, el resultado de robar/borrar la identidad y, por ende, las ideas que esa identidad comporta, es el mismo o muy parecido.
Voy a tratar de decir algo más, ahora que ya me calmé. Sobre los chicos, me encanta el personaje de Michel: su picardía no le quita nada a su preocupación tan genuina por Paulette. Aún siendo tan pequeño y a pesar de pertenecer a un entorno donde la muerte se toma como algo más natural, entiende tan bien el estado de Paulette y son conmovedores sus esfuerzos por hacerla sentir mejor. Para mi es una pena que Paulette no haya alcanzado a ver ese cementerio tan hermoso. De Paulette me gustó mucho como se adapta tan rápidamente a su nuevo entorno, seguramente por necesidad, pero también porque es ambiente, aunque un poco rústico, tiene también su lado amoroso. Como dice Marian, la parte central de la película por momentos es bastante leve y esos apuntes más graciosos, la relación con los vecinos por ejemplo, se agradecen. Una casualidad: en estos días fue el aniversario del nacimiento de Rene Clement así que por Twitter me aparecíeron a cada rato clips de esta película.
Sí Malala, totalmente de acuerdo con lo que decís de Michel y también que la familia quiere a Paulette a su manera. Por eso también es desgarrador el final, uno querría que se quede con ellos. Doble pérdida para Paulette.
Veo que Clément nació un 18/3 y murió un 17/3. Su versión de A pleno sol me encanta.
Qué duro me resultó esto.... Es como una estafa, pero ese maquillaje de tono de comedia italiana, qué sé yo como definirlo, no alcanza para nada. El enfrentamiento permanente entre las dos familias de campesinos, los hijos desertores o semi-desertores, la pelea por las cruces etc. no llega a reconfortarme en lo más mínimo. Me da más tristeza. Nunca deja de ser una historia terrible llena de muerte y de cachetadas de realidad y crudeza. Las actuaciones de Michel y Paulette son tan creíbles que duele mucho más. Coincido con Malala, lo que más me lastimó, y todavía hoy no puedo olvidar ni soltar, es que Paulette no hay podido ver el cementerio que le había dedicado Michel. Aún, después de ese final desgarrador.
Fantástica y terrible esta película, la había visto hace un tiempo. La escena del bombardeo en el puente volvió a conmoverme al igual que el final, secuencias muy gráficas respecto del horror de la guerra para la población civil y para los niños en particular que, de pronto, se quedan solos en el mundo. Me trajo el recuerdo de Alemania año 0 (leo que el director de fotografía es el mismo, Robert Juillard).
ReplyDeleteAl igual que la primera vez que la vi, me llamaron la atención las referencias repetidas a la ignorancia de Paulette respecto del "bon Dieu". Es un detalle que no nos debe pasar inadvertido. Leí en una crítica que podría significar que sus padres quizás fueran librepensadores, votantes del Frente Popular, es decir, de izquierda, motivo por el cual no habrían criado a su hija en la religión, y que la película opone ese modo de vida y de pensamiento parisinos a la vida rural, ignorante, pobre, tradicional y menos impactada por la guerra.
Ahora bien, el comienzo y el final están articulados por estos juegos prohibidos, un intento quizás de elaborar la muerte, juegos en los que Michel oficia de enterrador y sacerdote. Pero lo importante, lo que tendrá para Paulette mayor impacto, es que esos juegos la introducen en el mundo de las creencias religiosas, esas en las que sus padres eligieron no educarla.
La película cierra con Paulette perdida, sola, llorando y llamando a Michel en el medio de una multitud de víctimas de la guerra. Pero aquí nuevamente hay un detalle que Clément destaca: el cartel con el nombre. Paulette, que inicia la película no sabiendo cuál es su apellido, es decir, desconociendo el nombre del padre y por lo tanto su legado, es ahora Paulette Dollé. La hija de los librepensadores se ha convertido (y bien vale la idea de conversión) en la hija no reconocida de unos campesinos que deciden no acogerla. A la pérdida real de sus padres, Paulette debe sumar la pérdida de su identidad, simbolizada en la adopción del apellido del granjero.
Creo que esta puede ser una clave de lectura de la película más allá del más obvio alegato antibélico, como si Clément nos dijera que aunque lo que vemos de las guerras son las pérdidas humanas, el sentido último es acabar con ciertas ideas.
Por supuesto, las actuaciones de los chicos son increíbles y la película, más allá de inicio y final, es muy llevadera. Es muy lindo ver a los chicos desplegar su imaginación y su lógica para explicar lo que pasa y para ir construyendo ese mundo que les permita lidiar con tanta muerte.
ReplyDeleteDisculpas que vengo tan atrasada, hoy la veo sin falta!!
ReplyDeleteMarian, qué interesante comentario. Lamentablemente no creo poder elaborar demasiado porque me la pasé llorando durante toda la película. Demasiadas emociones.
ReplyDeleteMalala, me hiciste releer mi comentario y pensé 2 cosas:
Delete1) Me gustó que el desconocimiento de Paulette sobre Dios y la religión si bien es mencionado varias veces, no es subrayado, está muy bien integrado a la trama a través de comentarios "anecdóticos"
2) El tema de la pérdida de la identidad y del legado paterno me hizo pensar ahora en los nietos desaparecidos, aunque en el caso de la película se trataría de un "daño colateral" mientras que en la dictadura fue un plan sistemático, el resultado de robar/borrar la identidad y, por ende, las ideas que esa identidad comporta, es el mismo o muy parecido.
Voy a tratar de decir algo más, ahora que ya me calmé.
ReplyDeleteSobre los chicos, me encanta el personaje de Michel: su picardía no le quita nada a su preocupación tan genuina por Paulette. Aún siendo tan pequeño y a pesar de pertenecer a un entorno donde la muerte se toma como algo más natural, entiende tan bien el estado de Paulette y son conmovedores sus esfuerzos por hacerla sentir mejor. Para mi es una pena que Paulette no haya alcanzado a ver ese cementerio tan hermoso.
De Paulette me gustó mucho como se adapta tan rápidamente a su nuevo entorno, seguramente por necesidad, pero también porque es ambiente, aunque un poco rústico, tiene también su lado amoroso.
Como dice Marian, la parte central de la película por momentos es bastante leve y esos apuntes más graciosos, la relación con los vecinos por ejemplo, se agradecen.
Una casualidad: en estos días fue el aniversario del nacimiento de Rene Clement así que por Twitter me aparecíeron a cada rato clips de esta película.
Sí Malala, totalmente de acuerdo con lo que decís de Michel y también que la familia quiere a Paulette a su manera. Por eso también es desgarrador el final, uno querría que se quede con ellos. Doble pérdida para Paulette.
DeleteVeo que Clément nació un 18/3 y murió un 17/3. Su versión de A pleno sol me encanta.
Qué duro me resultó esto....
ReplyDeleteEs como una estafa, pero ese maquillaje de tono de comedia italiana, qué sé yo como definirlo, no alcanza para nada. El enfrentamiento permanente entre las dos familias de campesinos, los hijos desertores o semi-desertores, la pelea por las cruces etc. no llega a reconfortarme en lo más mínimo. Me da más tristeza.
Nunca deja de ser una historia terrible llena de muerte y de cachetadas de realidad y crudeza.
Las actuaciones de Michel y Paulette son tan creíbles que duele mucho más.
Coincido con Malala, lo que más me lastimó, y todavía hoy no puedo olvidar ni soltar, es que Paulette no hay podido ver el cementerio que le había dedicado Michel. Aún, después de ese final desgarrador.