Phillip Marlowe está totalmente fuera de época. Circula un poco asombrado (con su traje que no se saca nunca) entre chicas flower power y gurúes sospechosos. Claro que no tiene problemas con nada de eso (it's OK with me repite e menudo) pero sin duda siente un distanciamiento hacia todo ello. Lo único en lo que parece creer es en la amistad y un sentido de la responsabilidad; por eso sale a las 3 de la mañana a comprar comida para su gato, o lleva a su amigo a la frontera sin preguntar demasiado cuando éste se lo pide. Y por eso le duele tanto la traición y reacciona cuando entiende que ya ni eso tiene lugar en los tiempos que le tocan vivir. Diría Cora, no hay código.
El mafioso Marty es un gran personaje, la escena con la chica en la casa de Marlowe es impactante aún hoy. Y después de esa tenemos aquella otra francamente ridícula en las que hace desnudar a todos los presentes. Todos los climas...
Elliot Gould debe ser unos de los actores más simpáticos que existen, no hay manera de que te caiga mal. Y acá está perfecto: cómo sostiene el cigarrillo, sus caras de incredulidad, la entonación que le da a sus respuestas, la caminata del final. Si dependiera de mi, aparecería aunque sea tres minutos en todas las películas. No exagero.
Curiosidad totalmente superficial: hay una referencia al entonces gobernador de California, el actor Ronald Reagan. Y en un papelito corto aparece Arnold Schwarzenegger, otro actor que después también ocupó ese mismo cargo.
Brillante. Brillante. Me encantó esta peli. Amo a Marlowe. Me gusta su nombre, su cara, su traje, su prender los fósforos donde pinte, me gusta su gato, me gusta su tono de humor. Y sí, Malala, me gustan sus códigos. Me gustó la música, me gustaron las tomas lejanas, y me gustó que él desentone en todo ese contexto idiota. Me gustó Marty y sus secuaces, a pesar de esa escena de la botella que es escalofriante, aunque buenísima. Amé el final. Así se cierran las cosas.
What do YOU think, Mabel?
ReplyDeleteMe reí.
Phillip Marlowe está totalmente fuera de época. Circula un poco asombrado (con su traje que no se saca nunca) entre chicas flower power y gurúes sospechosos. Claro que no tiene problemas con nada de eso (it's OK with me repite e menudo) pero sin duda siente un distanciamiento hacia todo ello. Lo único en lo que parece creer es en la amistad y un sentido de la responsabilidad; por eso sale a las 3 de la mañana a comprar comida para su gato, o lleva a su amigo a la frontera sin preguntar demasiado cuando éste se lo pide. Y por eso le duele tanto la traición y reacciona cuando entiende que ya ni eso tiene lugar en los tiempos que le tocan vivir. Diría Cora, no hay código.
ReplyDeleteEl mafioso Marty es un gran personaje, la escena con la chica en la casa de Marlowe es impactante aún hoy. Y después de esa tenemos aquella otra francamente ridícula en las que hace desnudar a todos los presentes. Todos los climas...
Elliot Gould debe ser unos de los actores más simpáticos que existen, no hay manera de que te caiga mal. Y acá está perfecto: cómo sostiene el cigarrillo, sus caras de incredulidad, la entonación que le da a sus respuestas, la caminata del final. Si dependiera de mi, aparecería aunque sea tres minutos en todas las películas. No exagero.
Curiosidad totalmente superficial: hay una referencia al entonces gobernador de California, el actor Ronald Reagan. Y en un papelito corto aparece Arnold Schwarzenegger, otro actor que después también ocupó ese mismo cargo.
Brillante. Brillante. Me encantó esta peli.
ReplyDeleteAmo a Marlowe. Me gusta su nombre, su cara, su traje, su prender los fósforos donde pinte, me gusta su gato, me gusta su tono de humor. Y sí, Malala, me gustan sus códigos.
Me gustó la música, me gustaron las tomas lejanas, y me gustó que él desentone en todo ese contexto idiota.
Me gustó Marty y sus secuaces, a pesar de esa escena de la botella que es escalofriante, aunque buenísima.
Amé el final. Así se cierran las cosas.