Con mucho atraso, finalmente terminé de ver la película. El capitán Nicholson me pareció un personaje formidable: su voluntad y su preocupación por quienes dependen de él opuestas sobre el final con su soberbia y desconexión de la realidad lo hacen muy interesante. Algunas escenas que me gustaron: - El coronel Nicholson observando preocupado los pies de su tropa, con las botas destartaladas o directamente descalzos. - La imagen paradojal de que sea finalmente el coronel quien lleve a los enfermos a trabajar. - Las reuniones técnicas de Nicholson y sus oficiales con Saito. - Para no extenderme, en general cualquier escena en la que aparezca Nicholson El final no me gustó tanto: que se resuelva casi por casualidad (al menos eso me pareció a mi, no se si alguien opina distinto) parece una afrenta a tantas voluntades en acción (y en choque) que hemos visto.
No estoy de acuerdo en algo y para eso hace falta que arranque por el final. Me gustó mucho. Todo se comportó como no debía: Saito, lejos de la dignidad, murió de la forma más tonta y como desconcertado por todo. Nicholson tiene un momento de comprensión, sólo un segundo que lo lleva al tema de baseque venía discutiendo con el doc, sobre el trasfondo político y su postura. Un rostro inolvidable. El bomboncito americano, en un papel similar al del antihéroe obligado por el destino a estar todo el maldito tiempo donde no quiere estar, sorprende en una última actitud heroica y emotiva. Entonces, toda la sarasa de implantar la civilización, de la valentía, de la resistencia moral, de los códigos de honor, se caen en 5 minutos, porque "justamente", la casualidad, el destino, o un viento fuerte [en este caso, la bajada del río] lo determina. Es el final correcto. Un gran final.
Mirá Malala, lo que leía recién en wiki, (mientras buscaba cómo se escribían los nombres de los personajes):
"Enfado de Pierre Boulle: Pierre Boulle nunca aceptó que el final de su novela fuese alterado en la película, al margen de otras licencias (minimizar la brutalidad de los japoneses o el racismo de Nicholson). En la novela original, el personaje de Nicholson enajenado ante la idea de destruir el puente que creó, trata de matar a Joyce y logra impedir la voladura del puente, aunque Warden bombardea con mortero la zona en la que discurre la acción en parte para dar una muerte rápida a sus dos compañeros de comando (Shear y Joyce) y como venganza sobre Nicholson. Pero el puente nunca llega a caer. Boulle jamás perdonó que se omitiese su final ya que consideraba que era lo que daba sentido a su obra porque en el final de la película se podía interpretar que Nicholson cambió de opinión respecto a volar el puente mientras que en la novela no tenía duda alguna".
Claro!!! Nicholson no tendría que haber podido salir de su obsesión.... Las casualidades si, pero el cambio de opinión no tendría que haber sido posible.
Me quedé con las ganas de verla en formato gigante. Es realmente imponente.
- ¿Acata la ley sin importarle a costa de qué? - Sin ley, no hay civilización. - Exacto. Aquí no hay civilización. - Tenemos la oportunidad de implantarla.
El tema de la obsesión es implantar la civilización simbolizada en el puente. Aunque también en sus otras acciones personales de resistencia. Estamos de acuerdo que no es sólo el puente, no?
La postura occidental de superioridad, propagandística, lleva la historia al ridículo... Me reí varias veces, sobre todo cuando muestran que los japoneses no pueden ni con un proyecto de un puente. Al ingeniero lo echan como un perro. Saito llorando en la habitación.... muy gracioso. Shears es buenísimo, el tipo saliendo de todo tipo de infortunios a pura suerte. En la canoa, con su collar de flores y su alegría ingenua que le duró tan poco, es una de las imágenes que me guardo. El humor alrededor de ese personaje le suma mucho a la peli.
Cori, esto que contás es muy interesante pero me genera una contradicción. Por un lado el final del libro me parece muy superior al de la película y me habría encantado que fuese así pero con ese final nunca habríamos tenido el momento de reubicación de NIcholson que es un gran momento a mi entender. Coincido en que la actitud desapegada de Shears es muy divertida tanto ne esa escena que mencionás como en la de su recuperación en el "hospital". Tu tesis sobre el progreso se adapta muy bien a la película pero convengamos que en la realidad el progreso siguió imparable: tanto es así que los japoneses nos pasaron con una topadora por encima a los occidentales en lo que se refiere a eficacia y eficiencia. Tal vez esta película sea la responsable!!!!!
Ese "hospital" es un chiste.... je Lo del final es un temita. Porque altera la obsesión original, de la cual no sería justo que se pudiera salir sólo porque a un guionista se le ocurra.. Igual, me gustan los dos finales, mirá que fácil la arreglo. jajaa No creo que a los japoneses les haya importado NADA de los que hicieran los occidentales. Nunca. Esas culturas tienen su propia esencia, que los occidentales apenas alcanzamos a bocetar en nuestra cabeza.
1.- Pensar que D. Lean dirigió "Lo que no fue" (Breve encuentro) con Trevor Howard y Celia Johnson, hermosísima película intimista llena de matices, realizada en 1945 y ganadora en Cannes y luego de tantos años y porque tenía que hacer frente a los gastos de su separación aceptó dirigir "El puente...". Pedónenme, un grueso lagrimón discurre por mi mejilla sin poderlo contener. 2.- Presentar a los japoneses como incapaces de construir el puente, dando razones dignas de una película para niños no mayores de 10 años es de un chauvinismo increíble. En la misma línea, los japoneses aparecen como demasiado malos y los ingleses, que desvastaron la zona de filmación y destruyeron un ferrocarril de verdad en un país pobre (creo que Ceylan) se definen como demasiado buenos e inteligentes....no se puede digerir. 3.- La posibilidad de ahondar en la psicología de los principales personajes (lo de Holden es patético, pobre Holden) no alcanza para soportar esta propaganda Imperial. Lo único sugerente es la relación amor-odio entre Guiness y Hayakawa y, además, hacerme pensar que Guiness, después de todo, estaba la borde de la locura....pero todo ello es muy poco. 4.- Creo que en el mismo año que esta película ganaba el Oscar al mejor film, se quedaban sin él Doce Hombre en Pugna y Testigo de Cargo.....Buaaaahhhh!!!!!.-
Carlos, debo decirle que en esta ocasión no coincidimos. Paso a contestarle: 1. Que Lean haya dirigido una pieza intimista como Brief Encounter y otra monumental como The Bridge sólo es muestra de su increible ductilidad. Nada como para llorar... 2. Yo no creo que a los ingleses los pinten como demasiado buenos; Nicholson es un obsesivo que incluso manda a trabajar a los enfermos: él termina concretando lo que había sido una bestial amenaza de Saito! Tampoco me parece que los japoneses aparezcan como demasiado malos: sólo castigan a los oficiales que se niegan a trabajar. Al resto no parecen maltatarlos tanto. Por otro lado, lo que dicen por ahí (mi fuente: wikipedia), es que las condiciones verdaderas de la construcción del puente en que se inspiró el libro y luego la película fueron mucho peores. Por otro lado, las sanguinarias y crueles formas japonesas son proverbiales. Acá no se ven ni de lejos. 3. Acerca de la propaganda imperial me parece que no es tal: Nicholson termina apareciendo como bastante ridículo (y hasta peligroso) en su empeño de construir el puente perfecto. En cambio, me parece genial como se retrata el camino que transita: no creo que esté loco, más bien me parece a mi que su aislamiento lo hace olvidar el rumbo y qué es lo importante. Sólo tiene ese puente y se aferra a él sin importarle nada más. 4. Doce Hombres en Pugna y Testigo de Cargo son buenas películas pero tampoco me parecen excepcionales (sobre todo Doce Hombres: muy teatral y previsible en su mensaje). Cinematográficamente ésta es muy superior a cualquiera de aquellas dos.
De este modo completo mis comentarios sobre este film, algunos adelantados anteriormente.Pueden encontrarse más arriba) David Lean, el director de "El puente sobre el río Kwai" (de aquí en adelante El puente) en efecto pasó por dos épocas llamativamente disímiles como director. En su primera época, Lean , obligado en parte por la falta de presupuesto para el cine de la Inglaterra de postguerra, dedicó sus primeros esfuerzos a películas que bien han sido llamadas en este blog "intimistas", es decir, de producción modesta, interés humano y brillante dirección y actuación. Una de ellas, "Brief encounter" ("Lo que no fue" entre nosotros,), recuerdo que conmovió a muchos con su relato de un amor frustro y clandestino que transcurre en gran parte en una estación de ferrocarril. La magnífica integración del ambiente de la estación y los trenes con el frustrado romance, convirtieron a la película en un clásico del amargo romanticismo de postguerra. De esa etapa brillante también sobresalen las versiones dickensianas de Lean, "Oliver Twist" y "Great Expectations", las mejores producciones de cualquier época de obras de Charles Dickens, de las cuales la segunda se convierte en otro clásico, con su impagable reproducción de la atmósfera de la novela, inspirada y nunca igualada, la fantástica fotografía en blanco y negro (como debe ser) de Jack Hylliard, y la actuación soberbia de todos los implicados. Este aspecto inicial del cine de Lean contribuyó, junto con el de Carol Reed y Michael Powell, al resurgimiento internacional de la cinematografía británica. En la segunda de las nombradas y en la excepcional "The Sound Barrier" (traducida por algún inspirado titulista al español como "Sin barrera en el cielo"), Lean ya había comenzado a mostrar en algunos momentos su excepcional habilidad para escenas espectaculares. Como bien dice Oscar, El Puente surgió un poco por casualidad, pero Lean tomó con seriedad el desafío de cambiar por completo su manera de ver el cine y de utilizar brillantemente, como sucedería de ahí en adelante, el color, que antes apenas había formado parte de sus inquietudes formales. También cambiaría para siempre el sentido de las "espectaculares", hechas por lo general a la manera ramplona y comercial, sexy y falsamente puritana de Cecil B. de Mille. Lean dió "espectáculo", la selva excelentemente fotografiada en "El puente", el desierto como nunca antes o después en "Lawrence de Arabia", pero con contenido, poesía y verdadero drama, traídos de su época intimista. La película se filmó en la selva, todo el mundo la pasó muy mal, hubo enfermos…y realmente se construyó un puente sólo para ser destruido. Pero también hubo tropiezos, choques personales y antagonismo, como narra en detalle Kevin Brownlow en su voluminosa biografía de Lean.
3 horas, compro helado para el intervalo! n.n
ReplyDeleteQué injusta fui con el americano! no le apostaba 2 chirolas, ja.
ReplyDeleteVeo como organizo mi pensamiento y comento.
Nos han llegado pedidos de la platea fenenina solicitando que de ahora en adelante sólo veamos películas con William Holden. Suena atinado.
ReplyDeleteSep. Sale ciclo?
ReplyDeleteCon mucho atraso, finalmente terminé de ver la película.
ReplyDeleteEl capitán Nicholson me pareció un personaje formidable: su voluntad y su preocupación por quienes dependen de él opuestas sobre el final con su soberbia y desconexión de la realidad lo hacen muy interesante.
Algunas escenas que me gustaron:
- El coronel Nicholson observando preocupado los pies de su tropa, con las botas destartaladas o directamente descalzos.
- La imagen paradojal de que sea finalmente el coronel quien lleve a los enfermos a trabajar.
- Las reuniones técnicas de Nicholson y sus oficiales con Saito.
- Para no extenderme, en general cualquier escena en la que aparezca Nicholson
El final no me gustó tanto: que se resuelva casi por casualidad (al menos eso me pareció a mi, no se si alguien opina distinto) parece una afrenta a tantas voluntades en acción (y en choque) que hemos visto.
No estoy de acuerdo en algo y para eso hace falta que arranque por el final. Me gustó mucho. Todo se comportó como no debía:
DeleteSaito, lejos de la dignidad, murió de la forma más tonta y como desconcertado por todo.
Nicholson tiene un momento de comprensión, sólo un segundo que lo lleva al tema de baseque venía discutiendo con el doc, sobre el trasfondo político y su postura. Un rostro inolvidable.
El bomboncito americano, en un papel similar al del antihéroe obligado por el destino a estar todo el maldito tiempo donde no quiere estar, sorprende en una última actitud heroica y emotiva.
Entonces, toda la sarasa de implantar la civilización, de la valentía, de la resistencia moral, de los códigos de honor, se caen en 5 minutos, porque "justamente", la casualidad, el destino, o un viento fuerte [en este caso, la bajada del río] lo determina.
Es el final correcto. Un gran final.
Mirá Malala, lo que leía recién en wiki, (mientras buscaba cómo se escribían los nombres de los personajes):
Delete"Enfado de Pierre Boulle:
Pierre Boulle nunca aceptó que el final de su novela fuese alterado en la película, al margen de otras licencias (minimizar la brutalidad de los japoneses o el racismo de Nicholson). En la novela original, el personaje de Nicholson enajenado ante la idea de destruir el puente que creó, trata de matar a Joyce y logra impedir la voladura del puente, aunque Warden bombardea con mortero la zona en la que discurre la acción en parte para dar una muerte rápida a sus dos compañeros de comando (Shear y Joyce) y como venganza sobre Nicholson. Pero el puente nunca llega a caer.
Boulle jamás perdonó que se omitiese su final ya que consideraba que era lo que daba sentido a su obra porque en el final de la película se podía interpretar que Nicholson cambió de opinión respecto a volar el puente mientras que en la novela no tenía duda alguna".
Claro!!! Nicholson no tendría que haber podido salir de su obsesión....
Las casualidades si, pero el cambio de opinión no tendría que haber sido posible.
Me quedé con las ganas de verla en formato gigante. Es realmente imponente.
ReplyDelete- ¿Acata la ley sin importarle a costa de qué?
- Sin ley, no hay civilización.
- Exacto. Aquí no hay civilización.
- Tenemos la oportunidad de implantarla.
El tema de la obsesión es implantar la civilización simbolizada en el puente. Aunque también en sus otras acciones personales de resistencia.
Estamos de acuerdo que no es sólo el puente, no?
La postura occidental de superioridad, propagandística, lleva la historia al ridículo... Me reí varias veces, sobre todo cuando muestran que los japoneses no pueden ni con un proyecto de un puente. Al ingeniero lo echan como un perro. Saito llorando en la habitación.... muy gracioso.
Shears es buenísimo, el tipo saliendo de todo tipo de infortunios a pura suerte. En la canoa, con su collar de flores y su alegría ingenua que le duró tan poco, es una de las imágenes que me guardo. El humor alrededor de ese personaje le suma mucho a la peli.
Silbemos.
Cori, esto que contás es muy interesante pero me genera una contradicción. Por un lado el final del libro me parece muy superior al de la película y me habría encantado que fuese así pero con ese final nunca habríamos tenido el momento de reubicación de NIcholson que es un gran momento a mi entender.
ReplyDeleteCoincido en que la actitud desapegada de Shears es muy divertida tanto ne esa escena que mencionás como en la de su recuperación en el "hospital".
Tu tesis sobre el progreso se adapta muy bien a la película pero convengamos que en la realidad el progreso siguió imparable: tanto es así que los japoneses nos pasaron con una topadora por encima a los occidentales en lo que se refiere a eficacia y eficiencia. Tal vez esta película sea la responsable!!!!!
Ese "hospital" es un chiste.... je
DeleteLo del final es un temita. Porque altera la obsesión original, de la cual no sería justo que se pudiera salir sólo porque a un guionista se le ocurra.. Igual, me gustan los dos finales, mirá que fácil la arreglo.
jajaa No creo que a los japoneses les haya importado NADA de los que hicieran los occidentales. Nunca.
Esas culturas tienen su propia esencia, que los occidentales apenas alcanzamos a bocetar en nuestra cabeza.
1.- Pensar que D. Lean dirigió "Lo que no fue" (Breve encuentro) con Trevor Howard y Celia Johnson, hermosísima película intimista llena de matices, realizada en 1945 y ganadora en Cannes y luego de tantos años y porque tenía que hacer frente a los gastos de su separación aceptó dirigir "El puente...". Pedónenme, un grueso lagrimón discurre por mi mejilla sin poderlo contener.
ReplyDelete2.- Presentar a los japoneses como incapaces de construir el puente, dando razones dignas de una película para niños no mayores de 10 años es de un chauvinismo increíble. En la misma línea, los japoneses aparecen como demasiado malos y los ingleses, que desvastaron la zona de filmación y destruyeron un ferrocarril de verdad en un país pobre (creo que Ceylan) se definen como demasiado buenos e inteligentes....no se puede digerir.
3.- La posibilidad de ahondar en la psicología de los principales personajes (lo de Holden es patético, pobre Holden) no alcanza para soportar esta propaganda Imperial. Lo único sugerente es la relación amor-odio entre Guiness y Hayakawa y, además, hacerme pensar que Guiness, después de todo, estaba la borde de la locura....pero todo ello es muy poco.
4.- Creo que en el mismo año que esta película ganaba el Oscar al mejor film, se quedaban sin él Doce Hombre en Pugna y Testigo de Cargo.....Buaaaahhhh!!!!!.-
Carlos, debo decirle que en esta ocasión no coincidimos. Paso a contestarle:
Delete1. Que Lean haya dirigido una pieza intimista como Brief Encounter y otra monumental como The Bridge sólo es muestra de su increible ductilidad. Nada como para llorar...
2. Yo no creo que a los ingleses los pinten como demasiado buenos; Nicholson es un obsesivo que incluso manda a trabajar a los enfermos: él termina concretando lo que había sido una bestial amenaza de Saito!
Tampoco me parece que los japoneses aparezcan como demasiado malos: sólo castigan a los oficiales que se niegan a trabajar. Al resto no parecen maltatarlos tanto. Por otro lado, lo que dicen por ahí (mi fuente: wikipedia), es que las condiciones verdaderas de la construcción del puente en que se inspiró el libro y luego la película fueron mucho peores.
Por otro lado, las sanguinarias y crueles formas japonesas son proverbiales. Acá no se ven ni de lejos.
3. Acerca de la propaganda imperial me parece que no es tal: Nicholson termina apareciendo como bastante ridículo (y hasta peligroso) en su empeño de construir el puente perfecto. En cambio, me parece genial como se retrata el camino que transita: no creo que esté loco, más bien me parece a mi que su aislamiento lo hace olvidar el rumbo y qué es lo importante. Sólo tiene ese puente y se aferra a él sin importarle nada más.
4. Doce Hombres en Pugna y Testigo de Cargo son buenas películas pero tampoco me parecen excepcionales (sobre todo Doce Hombres: muy teatral y previsible en su mensaje). Cinematográficamente ésta es muy superior a cualquiera de aquellas dos.
De este modo completo mis comentarios sobre este film, algunos adelantados anteriormente.Pueden encontrarse más arriba)
ReplyDeleteDavid Lean, el director de "El puente sobre el río Kwai" (de aquí en adelante El puente) en efecto pasó por dos épocas llamativamente disímiles como director. En su primera época, Lean , obligado en parte por la falta de presupuesto para el cine de la Inglaterra de postguerra, dedicó sus primeros esfuerzos a películas que bien han sido llamadas en este blog "intimistas", es decir, de producción modesta, interés humano y brillante dirección y actuación. Una de ellas, "Brief encounter" ("Lo que no fue" entre nosotros,), recuerdo que conmovió a muchos con su relato de un amor frustro y clandestino que transcurre en gran parte en una estación de ferrocarril. La magnífica integración del ambiente de la estación y los trenes con el frustrado romance, convirtieron a la película en un clásico del amargo romanticismo de postguerra. De esa etapa brillante también sobresalen las versiones dickensianas de Lean, "Oliver Twist" y "Great Expectations", las mejores producciones de cualquier época de obras de Charles Dickens, de las cuales la segunda se convierte en otro clásico, con su impagable reproducción de la atmósfera de la novela, inspirada y nunca igualada, la fantástica fotografía en blanco y negro (como debe ser) de Jack Hylliard, y la actuación soberbia de todos los implicados. Este aspecto inicial del cine de Lean contribuyó, junto con el de Carol Reed y Michael Powell, al resurgimiento internacional de la cinematografía británica. En la segunda de las nombradas y en la excepcional "The Sound Barrier" (traducida por algún inspirado titulista al español como "Sin barrera en el cielo"), Lean ya había comenzado a mostrar en algunos momentos su excepcional habilidad para escenas espectaculares.
Como bien dice Oscar, El Puente surgió un poco por casualidad, pero Lean tomó con seriedad el desafío de cambiar por completo su manera de ver el cine y de utilizar brillantemente, como sucedería de ahí en adelante, el color, que antes apenas había formado parte de sus inquietudes formales. También cambiaría para siempre el sentido de las "espectaculares", hechas por lo general a la manera ramplona y comercial, sexy y falsamente puritana de Cecil B. de Mille. Lean dió "espectáculo", la selva excelentemente fotografiada en "El puente", el desierto como nunca antes o después en "Lawrence de Arabia", pero con contenido, poesía y verdadero drama, traídos de su época intimista. La película se filmó en la selva, todo el mundo la pasó muy mal, hubo enfermos…y realmente se construyó un puente sólo para ser destruido. Pero también hubo tropiezos, choques personales y antagonismo, como narra en detalle Kevin Brownlow en su voluminosa biografía de Lean.