El Dr. Alonso (a esta altura, casi nuestro principal comentarista) nos envía el link a una nota que escribió sobre Vértigo en su extinto blog. Leanlo después de ver la película, ya que se cuenta el argumento. Empieza:"La película que convirtió a su director en un cuasi artista, distanciándolo, siquiera brevemente, de su fama anterior de artesano talentoso y brillante creador de thrillers inteligentes. Al producir lo que superficialmente era otra muestra de sus reconocidas habilidades como "maestro del suspenso", pero en realidad constituía una sorprendente ruptura con su producción anterior, Hitchcock cambió su técnica, no cuantitativa sino cualitativamente, y dió un salto en dirección de un cine con algo que decir. " y sigue así: http://classicinema.blogspot.com.ar/search/label/Pel%C3%ADculas
Para mi es una película que se divide en dos: una introducción larga e irregular de hora y media que lleva a un nudo y desenlace mínimo y magistral de 30 minutos. La primera parte es, en cuanto a su trama, francamente increíble, incluso dejando algunos cabos sueltos que resultan un poco irritantes. Eso si, resultan memorables algunas escenas aisladas: por ej., la larga secuencia en que Scottie sigue a Madeleine en su deambular y en la que comienza a enamorarse de ella o, sobre todas, la visita al parque de las sequoias que tiene un aire entre fantasmal y de cuentos de hadas que es muy notable. Claro que toda la debilidad argumental puede no importar ya que es sólo una excusa para ese final tan inquietante en que se dan vuelta los roles: nuestro protagonista y héroe, hasta ese momento un personaje tan amable con quien es facil identificarse, se convierte en un obsesivo atemorizante y Judy, de quien conocemos ya su parte en el plan en su contra, pasa a ser la víctima de las demandas irracionales de Scottie.
Me interesaban los detalles: - Técnicamente impecable... Hay tomas, que con solo cambiar de ángulo, inquietan terriblemente. - El "efecto especial" de la escalera del campanario es glorioso... Con qué poco. El sueño de Scottie, es mucho, no lo recordaba tan loco. Me imagino la complejidad de realización. - Cada imagen es tan cuidada... Me quedo con la del puente antes de que ella salte al agua en la bahía. - Ahh los hombres con sombrero.... *suspira* - Soy un desastre con los modelos de autos, casi no los diferencio. Salvo el de Scottie. - Qué humillante esa segunda parte Malala, agobiante. - Explicame como entró y salió del hotel al principio. En el bosque, tabien, estaba atrás del árbol. - Cómo me cuestan los besos de antes. Muy grande, aunque mi favorita siempre va a ser Rear Window.
- Lo del hotel me molestó muchísimo: para mi no suma tanto y no se resuelve bien. - Los autos eran todos iguales! - Yo tampoco me acordaba de ese sueño tan psicodélico...
Pregunta. Cuál es el papel de "Midge" en la trama. Si ella no hubiera estado nunca, sería lo mismo. No se, sólo es un personaje para ver como humilla y duele el desamor? qué aporta? Por ahí se me escapa algo. En cuanto pueda me voy al link del Dr. Alonso.
Como ya no sé qué hacer con tanto tiempo libre, tomé mi desvencijada edición de las maravillosas conversaciones de Hitchcock con Truffaut y transcribí para ustedes algunos párrafos que me parecieron interesantes. Va el primero: Sobre “sorpresa vs suspense”, dice Hitchcock: "Como usted sabe hay dos partes en esta historia. La primera parte llega hasta la muerte de Madeleine y su caída desde lo alto del campanario y la segunda comienza cuando nuestro héroe encuentra a la muchacha morena, Judy, que se parece a Madeleine. En el libro, al comienzo de la segunda parte, el héroe encuentra a Judy y la obliga a parecerse más a Madeleine. Sólo al final el lector descubre, al mismo tiempo que el héroe, que se trataba de una misma mujer. Es una sorpresa final. En el film yo he procedido de otra manera. Cuando comienza la segunda parte, cuando Stewart ha encontrado a la muchacha de cabello castaño, decidí desvelar en seguida la verdad, pero sólo para el espectador: Judy no es una muchacha que se parece a Madeleine, es Madeleine misma.... …. Henos aquí de nuevo ante nuestra alternativa habitual:- ¿suspense o sorpresa? Ahora, tenemos la misma acción que en el libro: Stewart durante cierto tiempo, va a creer que Judy es Madeleine, luego se resignará a la idea contraria a condición de que Judy acepte parecerse punto por punto a Madeleine. Pero por su parte el público posee la información. Por lo tanto, hemos creado suspense fundado en esta interrogación: ¿Cómo reaccionará James Stewart cuando descubra que ella le ha mentido y es efectivamente Madeleine?"
Sobre el uso de la luz (en la escena con la que ilustramos el post), dice Hitchcock; "Usted recuerda que en la primera parte, cuando James Stewart seguía a Madeleine en el cementerio, los planos de ella la hacían bastante misteriosa, pues los rodamos a través de filtros de niebla; conseguíamos así un efecto coloreado de verde por encima del brillo del sol. Más tarde, cuando Stewart encuentra a Judy, la hice residir en el Empire Hotel de Post Street porque hay en la fachada de ese hotel un anuncio de neón verde que parpadea constantemente. Esto me permitió provocar de manera natural, sin artificio, el mismo efecto de misterio sobre la muchacha, cuando sale del cuarto de baño ; está iluminada por el neón verde, vuelve verdaderamente de entre los muertos."
Último párrafo extraido de El Cine Según Hitchcock, en el que habla del aspecto erótico (sabrán disculpar la castiza traducción): "Todos los esfuerzos de James Stewart para recrear a la mujer, cinematográficamente son presentados como si intentara desnudarla en lugar de vestirla. Y la escena que más me interesa es cuando la muchacha vuelve después de haberse teñido de rubia. James Stewart no está completamente satisfecho porque no se ha peinado el cabello formando un moño.¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que está casi desnuda ante él pero todavía se niega a quitarse la braguita. Entonces James Stewart se muestra suplicante y ella dice: “está bien, de acuerdo” y vuelve al cuarto de baño. James Stewart espera. que ella vuelva esta vez dispuesta para el amor."
Mientras desculamos por qué nuestro amigo Marce no puedo publicar su comentario, lo publico yo y chay. Qué tanto!
"Hay una tensión que atraviesa la película: el vértigo. Pero me parece que no es el vértigo por la altura. Es el lugar de la mujer lo que parece asustar o lo inquietante. Un poco nos lo adelanta la escena de los títulos: las espirales no están en los ojos de él, sino en los ojos de una mujer.
Scoty es un tipo un poco insulso. No hace nada, “deambula” por ahí. No tiene éxito con las chicas, tampoco. Su personaje es bastante soso, al principio está acomplejado con su cuestión de la altura (lo que lo lleva a dejar su trabajo) y encuentra consuelo no en algún amigo, sino en una de sus exparejas. Su amiga es independiente, inteligente, y proactiva. Diseña corpiños innovadores, mientras él toma tragos y la mira trabajar. Los diálogos tienen argumentos de parte de ella y balbuceos o indefiniciones de parte de él.
A continuación, se le propone una tarea que lo saca de su pasividad. El seguimiento de Madeleine se transforma en enamoramiento y este amor está definido no por una conjunción entre ambos, sino por su obsesión. Quiere “curarla” a toda costa de esa idea que tiene de ser otra, esa mujer independiente, que bailaba y cantaba en un cabaret un siglo atrás. Pop Leibel, el librero que sabe “las historias de la ciudad” da una clave: “un hombre podía hacer eso en esa época (expulsar a su mujer de su casa). Tenían el poder y la libertad.” Lo que da vértigo es el rol de la nueva mujer en la sociedad en transformación.
El seguimiento de Scoty, su enamoramiento, da frutos rápidamente. Él la salva (cuando se tira al río) y la segunda vez que lo intenta, en la escena del árbol junto al mar, pone en palabras la definición “ahora soy responsable por tí”.
Después de la muerte de Madeleine, Scoty vuelve a ser un personaje lamentable. Con su mirada bovina en el manicomio, con pesadillas y deambulando por la calle tratando de ver gente muerta. Cuando encuentra a Judy se convierte en un neurótico, pero también empieza a construir algo de ese “poder que tenían los hombres de antes”: la viste, define cosas por ella, la convierte en “su mujer”. Cuando ella se va dejando hacer él se siente más cómodo y aparece con más confianza en sí mismo. De todas formas, la escena donde ella piensa en lo que hizo y empieza a escribir la carta es un momento mucho mas fuerte que cualquiera de los de Scoty y no es contradictorio: ella lo dejará hacer porque está enamorada y quiere tener su oportunidad, de que la amen a ella y no a la que ayudó a matar, esa imagen de sí misma pero a la vez de otra mujer. Su elección es plenamente conciente. El momento cúlmine de su transformación en la otra, y en la mujer que Scoty quiere, será cuando pierde toda voluntad de imponerse “como es”. Su amor consistirá en dejarlo hacer con ella lo que quiere y se lo dice: “ya no me importa nada de mí”.
El momento final es el de la violencia. Después de vestirla y modelarla a gusto, y habiendo entendido la trama del asesinato, la obliga a subir nuevamente a la torre (de una iglesia!). El personaje se vuelve fuerte al superar el temor a las alturas, pero también, al mismo tiempo, al descubrir ese algo que estaba oculto. ¿Qué significa esto? ¿Que su amor se rompe? No pareciera ser el caso. El relato del asesinato parece transformar la confesión es una escena de celos: “entonces fuiste suya no?” Él está sudado y fuera de sí mientras saca a la luz la situación. “no deberías haber sido tan sentimental”, le dice irónicamente. Ella, segura de sí, le propone olvidar todo y seguir “dejé que me cambiaras porque te amaba”. Y él acepta su beso y podemos entender que la acepta.
Al final, ella, que no parece arrepentirse de su rol en la muerte de la verdadera Madeleine, se tira por la ventana. La aparición de una monja en la escena (esa mujer con un rol tan opuesto al suyo) parece ser la causa".
El final es muy difícil de explicar. La aparición de la monja es anecdótica. Como mucho, la asusta en un momento de brutal alteración.
Él le dice: "ya no podemos traerla de vuelta". Léase: ya no me interesás. No sos la mujer de la cual me enamoré. Tampoco sos la que intenté reconstruir. Ya sos nada.
Marce, me encantó el comentario pero esta frase no es demasiado?: " Lo que da vértigo es el rol de la nueva mujer en la sociedad en transformación." Porque también podemos pensar que Carlota es una "mantenida": la instalaron en una casa y todo: otra que nueva mujer!
Le agradecemos al Sr Marcelo su análisis (sin duda la etiqueta "comentario" le queda chica) que, junto con el aporte de puntuales y esporádicos contribuyentes como el Lic. Roggi o el Dr. Alonso, eleva el nivel de este blog muy por encima del grado habitual.
Quiero decir que no comenté pero leí con atención todos los comentarios. La vi hace menos de 1 año y ya no me acuerdo mucho, solo que me resultó casi perfecta. Me da el piné para defender el personaje de la amiga de Scotie, denostada por Malala y Corita, porque si no recuerdo mal ella esta claramente interesada por él y es un modelo femenino distinto, menos pasivo, que puede servir como contraste con las "enigmáticas". Eso sí, todas rubias. Además la escena del departamento, dicen, es toda una alegoría a la sexualidad y el erotismo, donde el bastón del ñato aparece como una continuidad de su pistolín, que no sabe hacia donde apuntarlo.
Entonces vamos a darle la razón -yo también estoy contenta- sobre todo con la teoría erótica que se complementa perfectamente con la mía: no importa de que esté hablando un hombre, siempre lo hace con el bastón en la mano. Así funciona el mundo. Midge es una mina independiente, y aunque cometa estupideces provocadas por amor (la escena del cuadro es tan espantosa), le toca en la película el papel de la ninguneada, inútil para el juego amoroso. Un rol de mierda. O desarrollás un personaje o no. Se va en medio de la peli llorando por un pasillo, sin dejar una huella en la historia. Lastimoso.
Está muy bien que Vértigo esté situada en un ciclo sobre ideas fijas, aunque más correctamente se trata de una obsesión, esto es, un grado más allá de la idée fixe porque contiene un poder emocional totalizador, dominante y absoluto, con una carga de contenida pero inminente posibilidad de destrucción. Este es tema (en oposición a la trama) de Vértigo: el amor que supera la muerte y la atraviesa. Aquí la muerta no sólo no es olvidada; el amor se refuerza con la extinción y la culpa. Por ello, Vértigo es sobretodo una mórbida, desesperada y conmocionante historia de amor. Recuerda las historias góticas de los victorianos, donde el amor y la muerte solían ir de la mano. Aquí, con ropas modernas, tenemos una situación en la que los muertos y los vivos tienen la misma entidad, se buscan unos a otros, Carlota (supuestamente) a Madeleine, Scottie a(desgarradamente) a Madeleine, y después, tratando de volverla a encontrar entre los vivos (la novela original francesa se titula Entre los Muertos) para una nueva prueba, en la que cada etapa los acerca más, a los dos, a la verdad y a la fatalidad. Pero ambos siguen adelante, por la obsesión de Scottie y la culpa y amor de Judy. Ninguno de los dos puede o quiere detenerse frente al abismo que están creando, Judy pasivamente se presta a volver a ser Madeleine por la fuerza de un amor que sabe que no tiene otro futuro que la destrucción. Así, el tema de Vértigo es extraño, una anomalía en la obra de Hitchcock; es un film extemporáneo, profundamente y mórbidamente romántico, que ni siquiera tiene un happy end (algún crítico que vio muy mal la película supone que la cura de la acrofobia de Scottie, al final, constituye un final feliz). No extraña que los críticos de la época la vieran como aberrante e insólita para el gran creador de films de suspenso con inconmovibles finales felices. Tardó 50 años en cambiar la opinión de los críticos, que entonces advirtieron que Vértigo era una obra maestra, la obra maestra de Hitchcok, que nunca más repetiría, la obra en la que tuvo algo que decir sobre la condición humana, probablemente sin advertirlo él mismo. Los mil críticos llamados por la revista de cine Sight and Sound consagraron a Vértigo como la mejor película de la historia. Puede que sea mucho, pero es una reparación necesaria. Durará en ese elevado lugar diez años, hasta que la próxima encuesta seguramente la colocará más abajo. Llama la atención que ninguno de los comentaristas, más ocupados en desgranar observaciones psicoanalíticas, no hayan comentado la atmosférica música del gran Bernard Hermann, tan siglo diecinueve y tan conmovedora y lacerante como la película, que no tendría el mismo impacto sin ella. Donald Spoto, en su libro sobre los films de Hitchcock, en el que tambo´en sitúa a Vértigo como una obra maestr, coloca como epígrafe una poesía muy adecuada de T.S.Eliot: We die with the dying: See, they depart, and we go with them, We are born with the dead: See, they return, and bring us with them Metafísicamente estremecedora, pero toca una verdad que es la única posible para el herido Scottie. Y, a la larga, para todos nosotros. (Mala puede traducirla)
Un placer.
ReplyDeleteEl Dr. Alonso (a esta altura, casi nuestro principal comentarista) nos envía el link a una nota que escribió sobre Vértigo en su extinto blog. Leanlo después de ver la película, ya que se cuenta el argumento.
ReplyDeleteEmpieza:"La película que convirtió a su director en un cuasi artista, distanciándolo, siquiera brevemente, de su fama anterior de artesano talentoso y brillante creador de thrillers inteligentes. Al producir lo que superficialmente era otra muestra de sus reconocidas habilidades como "maestro del suspenso", pero en realidad constituía una sorprendente ruptura con su producción anterior, Hitchcock cambió su técnica, no cuantitativa sino cualitativamente, y dió un salto en dirección de un cine con algo que decir. " y sigue así:
http://classicinema.blogspot.com.ar/search/label/Pel%C3%ADculas
Para mi es una película que se divide en dos: una introducción larga e irregular de hora y media que lleva a un nudo y desenlace mínimo y magistral de 30 minutos.
ReplyDeleteLa primera parte es, en cuanto a su trama, francamente increíble, incluso dejando algunos cabos sueltos que resultan un poco irritantes. Eso si, resultan memorables algunas escenas aisladas: por ej., la larga secuencia en que Scottie sigue a Madeleine en su deambular y en la que comienza a enamorarse de ella o, sobre todas, la visita al parque de las sequoias que tiene un aire entre fantasmal y de cuentos de hadas que es muy notable.
Claro que toda la debilidad argumental puede no importar ya que es sólo una excusa para ese final tan inquietante en que se dan vuelta los roles: nuestro protagonista y héroe, hasta ese momento un personaje tan amable con quien es facil identificarse, se convierte en un obsesivo atemorizante y Judy, de quien conocemos ya su parte en el plan en su contra, pasa a ser la víctima de las demandas irracionales de Scottie.
Me interesaban los detalles:
ReplyDelete- Técnicamente impecable... Hay tomas, que con solo cambiar de ángulo, inquietan terriblemente.
- El "efecto especial" de la escalera del campanario es glorioso... Con qué poco. El sueño de Scottie, es mucho, no lo recordaba tan loco. Me imagino la complejidad de realización.
- Cada imagen es tan cuidada... Me quedo con la del puente antes de que ella salte al agua en la bahía.
- Ahh los hombres con sombrero.... *suspira*
- Soy un desastre con los modelos de autos, casi no los diferencio. Salvo el de Scottie.
- Qué humillante esa segunda parte Malala, agobiante.
- Explicame como entró y salió del hotel al principio. En el bosque, tabien, estaba atrás del árbol.
- Cómo me cuestan los besos de antes.
Muy grande, aunque mi favorita siempre va a ser Rear Window.
- Lo del hotel me molestó muchísimo: para mi no suma tanto y no se resuelve bien.
Delete- Los autos eran todos iguales!
- Yo tampoco me acordaba de ese sueño tan psicodélico...
Pregunta. Cuál es el papel de "Midge" en la trama. Si ella no hubiera estado nunca, sería lo mismo. No se, sólo es un personaje para ver como humilla y duele el desamor? qué aporta? Por ahí se me escapa algo.
ReplyDeleteEn cuanto pueda me voy al link del Dr. Alonso.
Midge es una pesada que no aporta. Si no estaba no la extrañábamos para nada y la película habría durado 15 minutos menos.
DeleteNotable, como de a poquito le fuimos bajando unos puntitos.
DeleteComo ya no sé qué hacer con tanto tiempo libre, tomé mi desvencijada edición de las maravillosas conversaciones de Hitchcock con Truffaut y transcribí para ustedes algunos párrafos que me parecieron interesantes. Va el primero:
ReplyDeleteSobre “sorpresa vs suspense”, dice Hitchcock:
"Como usted sabe hay dos partes en esta historia. La primera parte llega hasta la muerte de Madeleine y su caída desde lo alto del campanario y la segunda comienza cuando nuestro héroe encuentra a la muchacha morena, Judy, que se parece a Madeleine. En el libro, al comienzo de la segunda parte, el héroe encuentra a Judy y la obliga a parecerse más a Madeleine. Sólo al final el lector descubre, al mismo tiempo que el héroe, que se trataba de una misma mujer. Es una sorpresa final. En el film yo he procedido de otra manera. Cuando comienza la segunda parte, cuando Stewart ha encontrado a la muchacha de cabello castaño, decidí desvelar en seguida la verdad, pero sólo para el espectador: Judy no es una muchacha que se parece a Madeleine, es Madeleine misma....
….
Henos aquí de nuevo ante nuestra alternativa habitual:- ¿suspense o sorpresa? Ahora, tenemos la misma acción que en el libro: Stewart durante cierto tiempo, va a creer que Judy es Madeleine, luego se resignará a la idea contraria a condición de que Judy acepte parecerse punto por punto a Madeleine. Pero por su parte el público posee la información. Por lo tanto, hemos creado suspense fundado en esta interrogación: ¿Cómo reaccionará James Stewart cuando descubra que ella le ha mentido y es efectivamente Madeleine?"
Sobre el uso de la luz (en la escena con la que ilustramos el post), dice Hitchcock;
ReplyDelete"Usted recuerda que en la primera parte, cuando James Stewart seguía a Madeleine en el cementerio, los planos de ella la hacían bastante misteriosa, pues los rodamos a través de filtros de niebla; conseguíamos así un efecto coloreado de verde por encima del brillo del sol. Más tarde, cuando Stewart encuentra a Judy, la hice residir en el Empire Hotel de Post Street porque hay en la fachada de ese hotel un anuncio de neón verde que parpadea constantemente. Esto me permitió provocar de manera natural, sin artificio, el mismo efecto de misterio sobre la muchacha, cuando sale del cuarto de baño ; está iluminada por el neón verde, vuelve verdaderamente de entre los muertos."
Último párrafo extraido de El Cine Según Hitchcock, en el que habla del aspecto erótico (sabrán disculpar la castiza traducción):
ReplyDelete"Todos los esfuerzos de James Stewart para recrear a la mujer, cinematográficamente son presentados como si intentara desnudarla en lugar de vestirla. Y la escena que más me interesa es cuando la muchacha vuelve después de haberse teñido de rubia. James Stewart no está completamente satisfecho porque no se ha peinado el cabello formando un moño.¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que está casi desnuda ante él pero todavía se niega a quitarse la braguita. Entonces James Stewart se muestra suplicante y ella dice: “está bien, de acuerdo” y vuelve al cuarto de baño. James Stewart espera. que ella vuelva esta vez dispuesta para el amor."
Mientras desculamos por qué nuestro amigo Marce no puedo publicar su comentario, lo publico yo y chay. Qué tanto!
ReplyDelete"Hay una tensión que atraviesa la película: el vértigo. Pero me parece que no es el vértigo por la altura. Es el lugar de la mujer lo que parece asustar o lo inquietante. Un poco nos lo adelanta la escena de los títulos: las espirales no están en los ojos de él, sino en los ojos de una mujer.
Scoty es un tipo un poco insulso. No hace nada, “deambula” por ahí. No tiene éxito con las chicas, tampoco. Su personaje es bastante soso, al principio está acomplejado con su cuestión de la altura (lo que lo lleva a dejar su trabajo) y encuentra consuelo no en algún amigo, sino en una de sus exparejas. Su amiga es independiente, inteligente, y proactiva. Diseña corpiños innovadores, mientras él toma tragos y la mira trabajar. Los diálogos tienen argumentos de parte de ella y balbuceos o indefiniciones de parte de él.
A continuación, se le propone una tarea que lo saca de su pasividad. El seguimiento de Madeleine se transforma en enamoramiento y este amor está definido no por una conjunción entre ambos, sino por su obsesión. Quiere “curarla” a toda costa de esa idea que tiene de ser otra, esa mujer independiente, que bailaba y cantaba en un cabaret un siglo atrás. Pop Leibel, el librero que sabe “las historias de la ciudad” da una clave: “un hombre podía hacer eso en esa época (expulsar a su mujer de su casa). Tenían el poder y la libertad.” Lo que da vértigo es el rol de la nueva mujer en la sociedad en transformación.
El seguimiento de Scoty, su enamoramiento, da frutos rápidamente. Él la salva (cuando se tira al río) y la segunda vez que lo intenta, en la escena del árbol junto al mar, pone en palabras la definición “ahora soy responsable por tí”.
Después de la muerte de Madeleine, Scoty vuelve a ser un personaje lamentable. Con su mirada bovina en el manicomio, con pesadillas y deambulando por la calle tratando de ver gente muerta. Cuando encuentra a Judy se convierte en un neurótico, pero también empieza a construir algo de ese “poder que tenían los hombres de antes”: la viste, define cosas por ella, la convierte en “su mujer”. Cuando ella se va dejando hacer él se siente más cómodo y aparece con más confianza en sí mismo. De todas formas, la escena donde ella piensa en lo que hizo y empieza a escribir la carta es un momento mucho mas fuerte que cualquiera de los de Scoty y no es contradictorio: ella lo dejará hacer porque está enamorada y quiere tener su oportunidad, de que la amen a ella y no a la que ayudó a matar, esa imagen de sí misma pero a la vez de otra mujer. Su elección es plenamente conciente. El momento cúlmine de su transformación en la otra, y en la mujer que Scoty quiere, será cuando pierde toda voluntad de imponerse “como es”. Su amor consistirá en dejarlo hacer con ella lo que quiere y se lo dice: “ya no me importa nada de mí”.
El momento final es el de la violencia. Después de vestirla y modelarla a gusto, y habiendo entendido la trama del asesinato, la obliga a subir nuevamente a la torre (de una iglesia!). El personaje se vuelve fuerte al superar el temor a las alturas, pero también, al mismo tiempo, al descubrir ese algo que estaba oculto. ¿Qué significa esto? ¿Que su amor se rompe? No pareciera ser el caso. El relato del asesinato parece transformar la confesión es una escena de celos: “entonces fuiste suya no?” Él está sudado y fuera de sí mientras saca a la luz la situación. “no deberías haber sido tan sentimental”, le dice irónicamente. Ella, segura de sí, le propone olvidar todo y seguir “dejé que me cambiaras porque te amaba”. Y él acepta su beso y podemos entender que la acepta.
Al final, ella, que no parece arrepentirse de su rol en la muerte de la verdadera Madeleine, se tira por la ventana. La aparición de una monja en la escena (esa mujer con un rol tan opuesto al suyo) parece ser la causa".
El final es muy difícil de explicar. La aparición de la monja es anecdótica. Como mucho, la asusta en un momento de brutal alteración.
DeleteÉl le dice: "ya no podemos traerla de vuelta".
Léase: ya no me interesás. No sos la mujer de la cual me enamoré. Tampoco sos la que intenté reconstruir. Ya sos nada.
Ella ya no tiene razón de ser.
Ojo.... para mi.
Marce, me encantó el comentario pero esta frase no es demasiado?:
Delete" Lo que da vértigo es el rol de la nueva mujer en la sociedad en transformación."
Porque también podemos pensar que Carlota es una "mantenida": la instalaron en una casa y todo: otra que nueva mujer!
Le agradecemos al Sr Marcelo su análisis (sin duda la etiqueta "comentario" le queda chica) que, junto con el aporte de puntuales y esporádicos contribuyentes como el Lic. Roggi o el Dr. Alonso, eleva el nivel de este blog muy por encima del grado habitual.
DeleteQuiero decir que no comenté pero leí con atención todos los comentarios. La vi hace menos de 1 año y ya no me acuerdo mucho, solo que me resultó casi perfecta.
ReplyDeleteMe da el piné para defender el personaje de la amiga de Scotie, denostada por Malala y Corita, porque si no recuerdo mal ella esta claramente interesada por él y es un modelo femenino distinto, menos pasivo, que puede servir como contraste con las "enigmáticas". Eso sí, todas rubias.
Además la escena del departamento, dicen, es toda una alegoría a la sexualidad y el erotismo, donde el bastón del ñato aparece como una continuidad de su pistolín, que no sabe hacia donde apuntarlo.
Volvió Mati: estoy tan contenta que casi me dan ganas de darle al razón!!!!!!!!!
DeleteEntonces vamos a darle la razón -yo también estoy contenta- sobre todo con la teoría erótica que se complementa perfectamente con la mía: no importa de que esté hablando un hombre, siempre lo hace con el bastón en la mano. Así funciona el mundo.
DeleteMidge es una mina independiente, y aunque cometa estupideces provocadas por amor (la escena del cuadro es tan espantosa), le toca en la película el papel de la ninguneada, inútil para el juego amoroso. Un rol de mierda. O desarrollás un personaje o no. Se va en medio de la peli llorando por un pasillo, sin dejar una huella en la historia. Lastimoso.
Está muy bien que Vértigo esté situada en un ciclo sobre ideas fijas, aunque más correctamente se trata de una obsesión, esto es, un grado más allá de la idée fixe porque contiene un poder emocional totalizador, dominante y absoluto, con una carga de contenida pero inminente posibilidad de destrucción.
ReplyDeleteEste es tema (en oposición a la trama) de Vértigo: el amor que supera la muerte y la atraviesa. Aquí la muerta no sólo no es olvidada; el amor se refuerza con la extinción y la culpa. Por ello, Vértigo es sobretodo una mórbida, desesperada y conmocionante historia de amor. Recuerda las historias góticas de los victorianos, donde el amor y la muerte solían ir de la mano. Aquí, con ropas modernas, tenemos una situación en la que los muertos y los vivos tienen la misma entidad, se buscan unos a otros, Carlota (supuestamente) a Madeleine, Scottie a(desgarradamente) a Madeleine, y después, tratando de volverla a encontrar entre los vivos (la novela original francesa se titula Entre los Muertos) para una nueva prueba, en la que cada etapa los acerca más, a los dos, a la verdad y a la fatalidad. Pero ambos siguen adelante, por la obsesión de Scottie y la culpa y amor de Judy. Ninguno de los dos puede o quiere detenerse frente al abismo que están creando, Judy pasivamente se presta a volver a ser Madeleine por la fuerza de un amor que sabe que no tiene otro futuro que la destrucción.
Así, el tema de Vértigo es extraño, una anomalía en la obra de Hitchcock; es un film extemporáneo, profundamente y mórbidamente romántico, que ni siquiera tiene un happy end (algún crítico que vio muy mal la película supone que la cura de la acrofobia de Scottie, al final, constituye un final feliz). No extraña que los críticos de la época la vieran como aberrante e insólita para el gran creador de films de suspenso con inconmovibles finales felices. Tardó 50 años en cambiar la opinión de los críticos, que entonces advirtieron que Vértigo era una obra maestra, la obra maestra de Hitchcok, que nunca más repetiría, la obra en la que tuvo algo que decir sobre la condición humana, probablemente sin advertirlo él mismo.
Los mil críticos llamados por la revista de cine Sight and Sound consagraron a Vértigo como la mejor película de la historia. Puede que sea mucho, pero es una reparación necesaria. Durará en ese elevado lugar diez años, hasta que la próxima encuesta seguramente la colocará más abajo.
Llama la atención que ninguno de los comentaristas, más ocupados en desgranar observaciones psicoanalíticas, no hayan comentado la atmosférica música del gran Bernard Hermann, tan siglo diecinueve y tan conmovedora y lacerante como la película, que no tendría el mismo impacto sin ella.
Donald Spoto, en su libro sobre los films de Hitchcock, en el que tambo´en sitúa a Vértigo como una obra maestr, coloca como epígrafe una poesía muy adecuada de T.S.Eliot:
We die with the dying:
See, they depart, and we go with them,
We are born with the dead:
See, they return, and bring us with them
Metafísicamente estremecedora, pero toca una verdad que es la única posible para el herido Scottie. Y, a la larga, para todos nosotros.
(Mala puede traducirla)