Hay películas que dan alegria y ésta es una de ellas. Terminás de verla y, más allá del ánimo con el que la hayas empezado, seguro estás más contenta al terminarla. No sé bien donde reside esa magia. La voy a atribuir al entusiasmo con el que se construye/organiza algo entre amigos: algo de esa camaradería y confianza se transmite al espectador. Puede ser que contribuyan también en algo la música y el encanto de Hooker. En general no me gustan las películas con sorpresas o giros al final pero, siendo en esta oportunidad una de estafadores, me parece adecuado que nos estafen también a nosotros.
Vi The Sting por primera vez ayer... no sé por qué no la había visto antes, crecí escuchando hablar de ella... Me gustó mucho, efectivamente como dice Malala transmite algo de la camaradería, de los códigos que estos estafadores de buen corazón respetan, del amor con que hacen lo que hacen, se agradece que sea tan claro quiénes son los buenos y quiénes los malos.
Respecto del giro del final, no me enojó como me ha pasado otras veces con ese tipo de resoluciones, porque si analizamos las escenas en las que aparece el "agente del FBI", siempre está Snyders, es decir, el engañado es él, a nosotros se nos oculta este engaño como se nos ocultó que Henry sabía quién era Salino y que el señor "guantes de cuero" era su "ángel protector" y no el asesino de Lonnegan como creo que todos pensamos.
El vínculo de Hooker con el dinero y con la estafa como modo de vida (no digo como medio de vida sino como forma de ser y estar en el mundo), me recordó al personaje de Paul Newman en The hustler, en el sentido de que lo que importa es el juego en sí, la adrenalina que se siente al planificar la estafa y al llevarla adelante, mientras que el dinero que se gana y lo que éste puede comprar son completamente secundarios. Son personajes bien distintos a Lonnegan o a Snyder.
La estoy viendo nuevamente después de mucho tiempo y sólo quiero adelantar que la estoy pasando rebien.
ReplyDeleteHay películas que dan alegria y ésta es una de ellas.
ReplyDeleteTerminás de verla y, más allá del ánimo con el que la hayas empezado, seguro estás más contenta al terminarla. No sé bien donde reside esa magia. La voy a atribuir al entusiasmo con el que se construye/organiza algo entre amigos: algo de esa camaradería y confianza se transmite al espectador. Puede ser que contribuyan también en algo la música y el encanto de Hooker.
En general no me gustan las películas con sorpresas o giros al final pero, siendo en esta oportunidad una de estafadores, me parece adecuado que nos estafen también a nosotros.
Vi The Sting por primera vez ayer... no sé por qué no la había visto antes, crecí escuchando hablar de ella... Me gustó mucho, efectivamente como dice Malala transmite algo de la camaradería, de los códigos que estos estafadores de buen corazón respetan, del amor con que hacen lo que hacen, se agradece que sea tan claro quiénes son los buenos y quiénes los malos.
ReplyDeleteRespecto del giro del final, no me enojó como me ha pasado otras veces con ese tipo de resoluciones, porque si analizamos las escenas en las que aparece el "agente del FBI", siempre está Snyders, es decir, el engañado es él, a nosotros se nos oculta este engaño como se nos ocultó que Henry sabía quién era Salino y que el señor "guantes de cuero" era su "ángel protector" y no el asesino de Lonnegan como creo que todos pensamos.
El vínculo de Hooker con el dinero y con la estafa como modo de vida (no digo como medio de vida sino como forma de ser y estar en el mundo), me recordó al personaje de Paul Newman en The hustler, en el sentido de que lo que importa es el juego en sí, la adrenalina que se siente al planificar la estafa y al llevarla adelante, mientras que el dinero que se gana y lo que éste puede comprar son completamente secundarios. Son personajes bien distintos a Lonnegan o a Snyder.
This comment has been removed by the author.
ReplyDelete