La Notte me gustó mucho, mucho. Me gustaron los recursos que utiliza Antonioni para hablar de la vida burguesa, de la vida moderna, del vacío y del tedio: el deambular de Lidia, los planos de la ciudad con esa arquitectura moderna tan impersonal que por momentos parece abstracta, los despojos del barrio marginal, los sonidos de máquinas, cohetes, helicópteros, la visita al night club (con qué poco nos hace sentir en esta secuencia la decadencia del matrimonio de Lidia y Giovanni), la fiesta en lo de Gherardini. Nada en la película es excesivo: ni los diálogos de corte intelectual, ni los existenciales, ni las conversaciones y juegos vacuos en la fiesta, ni los conflictos de los tres personajes principales. Todo me pareció muy dosificado, no es Bergman pero tampoco Fellini.
Otra cosa que me gustó mucho fue la idea de abrir y cerrar la crisis matrimonial en el marco de la agonía y muerte de Tomasso, como dice el médico en una de las primeras secuencias se decidió que una intervención sería inútil; me gusta porque por un lado es un arco narrativo paralelo al de la crisis de pareja, que a su vez simboliza y preanuncia. Por otro, también explica el arco dramático del personaje de Lidia.
Me encantó. Podría haber seguido más tiempo contemplando esta especie de observatorio matrimonial, no por interés en la problemática sino por la belleza visual. El principio me resultó muy duro, aún sin saber exactamente que pasaba con Lidia y el amigo común que agonizaba, pero justamente lo que más me gustó es lo que describe Mariana en el último párrafo: la historia que abre y cierra con Tomasso. Eso está muy bien. La fotografía... hipnótica. Ella, también. Es un personaje atrapante. Bueno, en realidad es Jeanne Moreau la que me fascina siempre. En cambio el pobre Mastroianni es un papanatas que no duda arrojarse en manos de una psiquiátrica o lo que sea. Nunca voy a entender que quieren mostrar estas pelis de los hombres, porque es bastante penoso. Las mujeres hacen lo que pueden pero saben lo que quieren. Entienden lo que pasa. Son dignas aún en la desgracia. Los miran con piedad. Les perdonan tanto.
La Notte me gustó mucho, mucho. Me gustaron los recursos que utiliza Antonioni para hablar de la vida burguesa, de la vida moderna, del vacío y del tedio: el deambular de Lidia, los planos de la ciudad con esa arquitectura moderna tan impersonal que por momentos parece abstracta, los despojos del barrio marginal, los sonidos de máquinas, cohetes, helicópteros, la visita al night club (con qué poco nos hace sentir en esta secuencia la decadencia del matrimonio de Lidia y Giovanni), la fiesta en lo de Gherardini. Nada en la película es excesivo: ni los diálogos de corte intelectual, ni los existenciales, ni las conversaciones y juegos vacuos en la fiesta, ni los conflictos de los tres personajes principales. Todo me pareció muy dosificado, no es Bergman pero tampoco Fellini.
ReplyDeleteOtra cosa que me gustó mucho fue la idea de abrir y cerrar la crisis matrimonial en el marco de la agonía y muerte de Tomasso, como dice el médico en una de las primeras secuencias se decidió que una intervención sería inútil; me gusta porque por un lado es un arco narrativo paralelo al de la crisis de pareja, que a su vez simboliza y preanuncia. Por otro, también explica el arco dramático del personaje de Lidia.
Me encantó. Podría haber seguido más tiempo contemplando esta especie de observatorio matrimonial, no por interés en la problemática sino por la belleza visual. El principio me resultó muy duro, aún sin saber exactamente que pasaba con Lidia y el amigo común que agonizaba, pero justamente lo que más me gustó es lo que describe Mariana en el último párrafo: la historia que abre y cierra con Tomasso. Eso está muy bien.
ReplyDeleteLa fotografía... hipnótica.
Ella, también. Es un personaje atrapante. Bueno, en realidad es Jeanne Moreau la que me fascina siempre. En cambio el pobre Mastroianni es un papanatas que no duda arrojarse en manos de una psiquiátrica o lo que sea. Nunca voy a entender que quieren mostrar estas pelis de los hombres, porque es bastante penoso.
Las mujeres hacen lo que pueden pero saben lo que quieren. Entienden lo que pasa. Son dignas aún en la desgracia. Los miran con piedad. Les perdonan tanto.
Una película hermosa.