Me cuesta un poco ver a la película como una unidad. No sé por qué sólo puedo pensarla en partes o aspectos. De lo más obvio, que es la cinematografía, el color, el detalle en la ambientación, no voy a decir mucho salvo que todo eso me encantó. Cada fotogrma es de una belleza indiscutible. Los personajes me gustaron (salvo una excepción que comento más adelante) y me sorprendió el lugar que le da a los secundarios: no son fundamentales para la historia pero van teniendo la suya propia, como ese hombre y esa mujer que aparecen primero sentados por separado en el bar y terminan juntos. La historia, en términos generales, me gustó: como muestra el nacimiento de la idea, la selección y aprendizaje de las bailarinas (es buenísima la profesora), la negociación para conseguir el dinero y la puesta en marcha hasta llegar a la apertura me parecieron bien construidas y me interesaron. Pero hubo algo en todo esto que me arruinó la experiencia: el personaje de Nini, tan importante, nunca me terminó de gustar. No me interesó ninguna de las historias con sus tres pretendientes y me molestó bastante todo lo que tenía que ver directamente con ella, que es mucho. Recién al final se entiende que todo eso es estrictamente necesario para llegar al último discurso de Danglard cuando Nini no quiere salir al escenario y que es magnífico (me dio mucho gusto que pusiera a la tonta esa en su lugar). Por supuesto eso me hizo repensar todas esas sensaciones pero ese fue mi recorrido. Y desde ya, que sean necesarias, no es requisito para que estén logradas. Igual no me animo a decir que sean malas, creo que en mi caso hubo algo de la actriz, o su personaje, que no me gustó aunque no puedo definir bien qué es. Por último, lo que no me gustó nada fue ese momento medio farsesco de la pelea, y el gran acto del cancan, no porque estuvieran mal sino por razones totalmente personales ancladas en mi falta de apreciación por lo típicamente francés.
Me encantó la película. Creía que la había visto, pero llegué a la conclusión de que sólo había visto fragmentos.
Coincido con Malala en la apreciación de la puesta en escena (que en muchos casos recrea obras impresionistas muy famosas). El uso de color es fulgurante (cada vez me gusta más el Technicolor, que GRAN invento) y todos esos trajes y decorados, las escenas en la calle, un enorme despliegue de imaginación y color. También es verdad que los personajes secundarios sin ser sumamente relevantes para la trama, en su recurrencia, aportan a ese cuadro general, quizás tenga que ver con esa cualidad pictórica que parece tener la película, que -como en el caso de los grandes retratistas- con pocas pinceladas sueltas, logran mostrarnos no solo la fisonomía sino la psicología del retratado.
Dargland me parece un gran personaje (qué actor increíble Jean Gabin). Muy lindo verlo seguir el baile tras bambalinas, siguiendo el ritmo con la mano y con la pierna sobre el apoyabrazos de la silla y luego cuando se dirige al salón y se pone las manos en el chaleco, orgulloso de su obra…segundos después descubrirá a su próxima estrella, como cuando escucha cantar a la vecina que sacudía el trapo encima de los malvones. En cuanto a Nini, no la detesté pero es cierto que tampoco empaticé mucho con ella, no creo que sea el personaje sino la actriz. María Félix me gustó mucho y lamenté no ubicar a Piccoli (tengo que revisar a ver cuál es). Muy lindo ver a Edith Piaf cuando Nini y Alexandre salen de gira por los cabarets.
Las escenas de peleas entre las mujeres son un poco forzadas, es verdad.
Y -a diferencia de Malala- amé el cuadro final, lamenté no estar en el cine para ver a esas mujeres desaforadas pataleándome en la nariz. ¡Qué desenfreno, qué derroche de vitalidad y de alegría!
Y, por supuesto, en contraste con esto, la Prunelle, la que fue -según Danglard- gran estrella del Cancan cuando todavía Nini no había nacido. Ese comentario que parece hecho al pasar creo que encierra el sentido último de la película. Un gran logro de Renoir hacer pasar esa idea trágica de manera sutil y en el contexto de una comedia.
Es una peli muy hermosa en todos sus detalles, pero no de mis favoritas de Renoir. Seguramente hay temas que me lleguen más que otros. En algunos momentos, no supe si me gustaba o no ese desenfreno en las peleas conventilleras (?) o en el despliegue del baile al final. Pero sobre todo la final, más allá de la extensa duración, tengo que reconocer que es una gran escena cinematográfica. Es perfecta. Y perfecta también en lo que quiere mostrarnos y como conclusión de toda las historias emotivamente hablando.
La pareja quejosa de la mesita del bar de enfrente es un precioso detalle!
Me cuesta un poco ver a la película como una unidad. No sé por qué sólo puedo pensarla en partes o aspectos.
ReplyDeleteDe lo más obvio, que es la cinematografía, el color, el detalle en la ambientación, no voy a decir mucho salvo que todo eso me encantó. Cada fotogrma es de una belleza indiscutible.
Los personajes me gustaron (salvo una excepción que comento más adelante) y me sorprendió el lugar que le da a los secundarios: no son fundamentales para la historia pero van teniendo la suya propia, como ese hombre y esa mujer que aparecen primero sentados por separado en el bar y terminan juntos.
La historia, en términos generales, me gustó: como muestra el nacimiento de la idea, la selección y aprendizaje de las bailarinas (es buenísima la profesora), la negociación para conseguir el dinero y la puesta en marcha hasta llegar a la apertura me parecieron bien construidas y me interesaron.
Pero hubo algo en todo esto que me arruinó la experiencia: el personaje de Nini, tan importante, nunca me terminó de gustar. No me interesó ninguna de las historias con sus tres pretendientes y me molestó bastante todo lo que tenía que ver directamente con ella, que es mucho. Recién al final se entiende que todo eso es estrictamente necesario para llegar al último discurso de Danglard cuando Nini no quiere salir al escenario y que es magnífico (me dio mucho gusto que pusiera a la tonta esa en su lugar). Por supuesto eso me hizo repensar todas esas sensaciones pero ese fue mi recorrido. Y desde ya, que sean necesarias, no es requisito para que estén logradas. Igual no me animo a decir que sean malas, creo que en mi caso hubo algo de la actriz, o su personaje, que no me gustó aunque no puedo definir bien qué es.
Por último, lo que no me gustó nada fue ese momento medio farsesco de la pelea, y el gran acto del cancan, no porque estuvieran mal sino por razones totalmente personales ancladas en mi falta de apreciación por lo típicamente francés.
A pesar de que no tiene nada que ver el registro, todo el tiempo me acordé de Lola Montes: supongo que por el colorido y el ambiente del espectáculo.
ReplyDeleteMe encantó la película. Creía que la había visto, pero llegué a la conclusión de que sólo había visto fragmentos.
ReplyDeleteCoincido con Malala en la apreciación de la puesta en escena (que en muchos casos recrea obras impresionistas muy famosas). El uso de color es fulgurante (cada vez me gusta más el Technicolor, que GRAN invento) y todos esos trajes y decorados, las escenas en la calle, un enorme despliegue de imaginación y color. También es verdad que los personajes secundarios sin ser sumamente relevantes para la trama, en su recurrencia, aportan a ese cuadro general, quizás tenga que ver con esa cualidad pictórica que parece tener la película, que -como en el caso de los grandes retratistas- con pocas pinceladas sueltas, logran mostrarnos no solo la fisonomía sino la psicología del retratado.
Dargland me parece un gran personaje (qué actor increíble Jean Gabin). Muy lindo verlo seguir el baile tras bambalinas, siguiendo el ritmo con la mano y con la pierna sobre el apoyabrazos de la silla y luego cuando se dirige al salón y se pone las manos en el chaleco, orgulloso de su obra…segundos después descubrirá a su próxima estrella, como cuando escucha cantar a la vecina que sacudía el trapo encima de los malvones.
En cuanto a Nini, no la detesté pero es cierto que tampoco empaticé mucho con ella, no creo que sea el personaje sino la actriz. María Félix me gustó mucho y lamenté no ubicar a Piccoli (tengo que revisar a ver cuál es). Muy lindo ver a Edith Piaf cuando Nini y Alexandre salen de gira por los cabarets.
Las escenas de peleas entre las mujeres son un poco forzadas, es verdad.
Y -a diferencia de Malala- amé el cuadro final, lamenté no estar en el cine para ver a esas mujeres desaforadas pataleándome en la nariz. ¡Qué desenfreno, qué derroche de vitalidad y de alegría!
Y, por supuesto, en contraste con esto, la Prunelle, la que fue -según Danglard- gran estrella del Cancan cuando todavía Nini no había nacido. Ese comentario que parece hecho al pasar creo que encierra el sentido último de la película. Un gran logro de Renoir hacer pasar esa idea trágica de manera sutil y en el contexto de una comedia.
Es una peli muy hermosa en todos sus detalles, pero no de mis favoritas de Renoir. Seguramente hay temas que me lleguen más que otros.
ReplyDeleteEn algunos momentos, no supe si me gustaba o no ese desenfreno en las peleas conventilleras (?) o en el despliegue del baile al final. Pero sobre todo la final, más allá de la extensa duración, tengo que reconocer que es una gran escena cinematográfica. Es perfecta. Y perfecta también en lo que quiere mostrarnos y como conclusión de toda las historias emotivamente hablando.
La pareja quejosa de la mesita del bar de enfrente es un precioso detalle!