Friday, May 15, 2020

2020.05.15: Monkey Business (Howard Hawks, 1952)



Esta semana vemos Monkey Business de Howard Hawks, esperamos sus comentarios.

9 comments:

  1. Me encantó la película, me reí a carcajadas. No recuerdo haberla visto antes, raro, ya que Howard Hawks es de mis directores preferidos y amo incondicionalmente a Cary Grant.

    Me sorprendió nuevamente la apertura de la película, si hubiéramos querido encontrar 3 secuencias de títulos poco comunes, habríamos estado un buen rato buscando ¿no? En este caso, Hawks no tiene empacho en romper la ilusión apenas iniciada. Y además, lo hace dos veces. También repite la “verdadera” escena inicial de la película con Ginger Rogers explicándole a este científico perdido en sus propios asuntos, qué luces debe encender y apagar y cómo cerrar la puerta. Van 3 minutos de película y Hawks ya creó el efecto cómico por repetición.

    Algunos otros puntos para destacar:

    - Los cortes de pelo y los peinados. A través de algo tan sencillo como un cambio de peinado, Hawks muestra ciertas tipologías: adultos vs. adolescentes, blancos civilizados vs. indígenas primitivos. Algo similar hace con la ropa, los autos y la diversión, pero lo de los peinados me gusta por lo sutil. En el caso de Edwina es casi una transformación al estilo Jekyll y Hyde.

    - La chimpancé Esther obteniendo la fórmula que no encuentra el hombre de ciencia, comentario ácido sobre las búsquedas y los ¿hallazgos? de la ciencia y sobre la fe ciega en su promesa de progreso continuo. Quiérase o no, Monkey business es una película filmada en la posguerra…

    - La luna de miel revisitada como un momento de angustia para la mujer que deja la casa materna, que se enfrenta al sexo y que teme no estar a la altura de antiguos amores de su marido, el intento de divorcio, la reconciliación pasado el efecto de la fórmula y las dudas sobre lo que esa revisita puede significar: ¿será que la mujer siente un rechazo inconsciente por su marido?

    - La adolescencia no idealizada (3 años antes de Rebel without a cause), en este caso mostrada no como una búsqueda angustiada de la propia identidad, sino como una etapa de la vida un poco estúpida y sobregirada, aspectos que la educación y la madurez se encargarán de hacer desaparecer.

    - Los niños liderados por un adulto (aunque afectado por la fórmula) dando rienda suelta a sus fantasías de aniquilación del otro, con danza de la guerra incluida.

    - Mr. Oxley concretando su fantasía con Miss Laurel (otra vez bajo lo efectos de la fórmula) a puro chorro de sifón.

    - El efecto negativo de la fórmula en todos los que la prueban ¿una advertencia de lo ridículo y hasta peligroso que puede ser querer vivir a los 50 ó 70 como si se tuviera 20?

    - La madurez vista como una etapa de la vida disfrutable.

    - La verdadera fórmula de la eterna juventud: te hacés viejo cuando te olvidás de que sos joven, una fórmula que hace reflexionar, actividad propia de los humanos, es decir, la fórmula de la eterna juventud no está en un mejunje hecho por un chimpancé, pero tampoco por un científico, no se trata de una combinación de sustancias químicas, sino de la actitud ante la propia vida.

    - Un comentario final para elogiar el uso tan inteligente como divertido de la comedia física, especialmente en Barnaby, pero también en Edwina aprovechando las dotes de bailarina de Ginger Rogers.

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    1. Te juro que cuando vi la apertura pensé: "Pero Marian las eligió por los créditos de inicio? Qué raro criterio!", jajaja.

      Me encantó Cary charlando con los chicos, me pareció muy natural, para nada forzado.

      La confusión con el bebé me pareció graciosísima.

      Lo de Ginger Rogers es muy impresionante. En la escena del vaso en la cabeza me dio envidia lo del dominio del cuerpo.

      Me pareció, sobre todo al principio, cuando Barnaby está más abstraído, que el papel era muy parecido al de Bringing Up Baby. Y después me llamó la atención que el gag en el que intenta taparle la parte no cubierta por el delantal a Edwina es muy similar a otra de la misma película. Nada , una asociación libre.

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    2. Sí, coincido Malala. También en un momento me acordé de The Fly por esto del científico absorbido por su trabajo, postergando compromisos sociales y con estas mujeres comprensivas.

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  2. Tiro acá una teoría: en las comedias clásicas los matrimonios no tienen hijos. Como les conté antes me pasé gran parte del confinamiento viendo comedias, casi todas de la década del 30. Claro que en la mayoría las parejas protagónicas son personas solteras porque son comedias románticas y tratan del proceso de enamoramiento. Pero unas cuantas están protagonizadas por matrimonios y no hay ni una en la que tengan hijos. El postulado completo de la teoría: en las comedias clásicas los matrimonios no tienen hijos porque restan todo glamour y gran parte de la posibilidad de diversión. Me suena que recién a fines de los 50 empiezan a aparecer hijos en las comedias.
    Todo esto lo estoy diciendo basada en una impresión y sin chequear nada así que no me castiguen mucho. Gracias.

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    1. Claro que sí, muchas de esas comedias son comedias de rematrimonio, así que los hijos serían o sólo poco glamorosos sino que ya plantearían conflictos de familia más que de pareja.

      El domingo vi Holiday de George Cukor con Cary Grant y Katharine Hepburn, de 1938, no es taaaan alocada, yo diría que es una comedia dramática, se las recomiendo, qué actorazos por Dios!!!

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    2. La vi justamente en estos días. Hermosa película.

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  3. jajaja! Qué alineadas estamos!! Podríamos compartir sillón para ver estas lindísimas pelis.

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  4. Vi ayer Monkey Business. Lamento no haberla pasado tan bien como Malala o Marian. Creo que probablemente haya funcionado como comedia más o menos hilarante en su época (post WWII). Coincido con Malala, eso sí, en encontrar similitudes con Bringing up Baby (animales, un Cary Grant nerd y al que le hace hacer algunas ridiculeces como utilizar ropa femenina, un personaje femenino más o menos imprevisible que lo descoloca en algún momento, etc.). Mi primeras impresiones no las consideraré porque fueron fruto de una rápida lectura ardiente de defensa de un mejor posicionamiento femenino. Sin embargo, creo que podría darle el crédito a Howard Hawks de poner sobre la mesa ciertos conceptos y prejuicios de la época (la que expresaba de forma unívoca los valores de la expansión del consumismo en USA del siglo pasado). Los estereotipos de la secretaria voluptuosa, sugerente e ilusionada con enamorar al hombre inteligente y dedicado al trabajo; Edwina, la esposa paciente, clemente y dedicada al hogar que no exige a su marido sino que sólo lo acompaña; Barnaby, el nerd devenido en profesional de una compañía que ansía dar el batacazo con una fórmula de su ingenio (de Barnaby claro, porque digámoslo: ni Mr. Oxly ni los miembros del directorio parecen ostentar un IQ respetable, ni qué hablar del personal de mantenimiento!) y los inefables personajes de Hank (el antiguo festejante de Edwina durante el secundario y competidor romántico de Barnaby en las sombras) y una suegra amarga y opuesta al matrimonio de su hija con el científico que improbable futuro próspero puede ofrecer frente al que promete un abogado como Hank.
    En fin, con esos personajes resulta que el señor HH despliega o expone toda una serie de concepciones que la sociedad norteamericana de los 50s impone respecto a lo que debe ser el noviazgo (la casta y cándida joven Edwina que teme defraudar las expectativas de su madre a la vez que vive su noviazgo desde el disfrute, la alegría, las bromas y el baile) , el matrimonio (el deber y las responsabilidades del marido por encima de las ambiciones omitidas e invisibilizadas de la magnánima esposa que hasta equipara a su esposo a un niño de no más de 2 años), la juventud (esa etapa de la vida en que todos somos idiotas, como una extensión de la edad del pavo), el desempeño de los varones y las mujeres en el ámbito matrimonial y hasta el juego de los niños (adultos en miniatura convertidos en salvajes indios que ayudan a Barnaby a hacer justicia por mano propia.
    Si, confieso... me sacó de quicio. Pese a todo, amo a Cary G. así que lo sea que haga es un deleite y verla tan contenta a Ginger R. ni bien tocan dos notas y sus pies comienzan a dominarla es algo de todo lo bueno de este mundo. Los gags creo que deben haber funcionado en su momento por el sólo hecho de poner a esas dos estrellas en situaciones más o menos ridículas y extemporáneas.
    Una perlita, Kathleen Freeman la vecina que queda al cuidado del bebé una actriz que aparece en las pelis de Doris Day y Rock Hudson (comedias que las prefiero a esta, por lejos), en los Blues Brothers y hasta en The Fly y en Singing in the Rain.

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  5. Lina, qué alegría verla de nuevo por acá! Muy interesante su comentario.

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