La verdad, no me pareció mucho más dramática que La vida de Iván. Peco de reiterativa, pero la literalidad no me llega. Rescato, sin embargo, toda la visión de la vida en medio de las ruinas y por sobre todo, los minutos finales de merodeo de Edmund. Un gran final, a tono con el ciclo que hasta ahora no tuvo fisuras en ese aspecto desolador. Hasta aquí, mi ignorancia. Por otro lado, me gustó esto que leí en filmaffinity en uno de los comentarios (Bloomsday), lo comparto: "Impacta el horror y la desolación, evidentemente. Ahora bien, ¿mediante qué mecanismos? La figura del niño despista. Pareciera acaso un resorte emotivo y trágico para los fines melodramáticos de descomposición moral (arquetípico recurso narrativo de perspectiva infantil de las cosas). Pero el tratamiento del director italiano va más allá. El compromiso ideológico de Rossellini con lo “neorrealista” no radica en la psicologización o la emoción de la acción dramática (miren el rostro hierático del niño). Al contrario, la desesperanza rosselliniana se basa en la objetividad y la distancia expositiva". (....) "Rossellini enarbola el neorrealismo desde algo mucho más profundo que la fotografía con grano, el contexto verosímil y la crudeza de situaciones: la perspectiva externa que guía el metraje es la de un espectador sometido a la carga de no tener acceso al interior de los personajes. Esa opción es definitiva para detectar la implicación intelectual de este director para con la “objetividad”.
Ahora, después de haber visto Alemana Año Creo, La Infancia de Iván me parece una de aventuras infantiles tipo Los Goonies...
ReplyDeleteLa iba a ver esta noche. Ahora no sé.
ReplyDeleteLa verdad, no me pareció mucho más dramática que La vida de Iván.
ReplyDeletePeco de reiterativa, pero la literalidad no me llega.
Rescato, sin embargo, toda la visión de la vida en medio de las ruinas y por sobre todo, los minutos finales de merodeo de Edmund. Un gran final, a tono con el ciclo que hasta ahora no tuvo fisuras en ese aspecto desolador.
Hasta aquí, mi ignorancia.
Por otro lado, me gustó esto que leí en filmaffinity en uno de los comentarios (Bloomsday), lo comparto:
"Impacta el horror y la desolación, evidentemente. Ahora bien, ¿mediante qué mecanismos? La figura del niño despista. Pareciera acaso un resorte emotivo y trágico para los fines melodramáticos de descomposición moral (arquetípico recurso narrativo de perspectiva infantil de las cosas). Pero el tratamiento del director italiano va más allá. El compromiso ideológico de Rossellini con lo “neorrealista” no radica en la psicologización o la emoción de la acción dramática (miren el rostro hierático del niño). Al contrario, la desesperanza rosselliniana se basa en la objetividad y la distancia expositiva". (....) "Rossellini enarbola el neorrealismo desde algo mucho más profundo que la fotografía con grano, el contexto verosímil y la crudeza de situaciones: la perspectiva externa que guía el metraje es la de un espectador sometido a la carga de no tener acceso al interior de los personajes. Esa opción es definitiva para detectar la implicación intelectual de este director para con la “objetividad”.