Una nota sobre Renoir y el color. Mi anterior comentario comparando B&N y color, a raíz de una observación sobre la negativa a ver B&N, pudiera ser vista como una subestimación absoluta del color en el cine, y deseo corregir esa impresión, al menos en en el caso de Jean Renoir. Renoir era hijo del gran pintor impresionista Pierre Auguste Renoir. Nadie puede no haber visto, siquiera de reojo alguna pintura de este excelso artista, cuya obra transmite, entre otras cosas, una paz interior a la que la de su hijo no es ajena. Mal podía este hijo de tamaño padre no interesarse en el color, incluso en su expresión a través el B&N, lo que no es un imposible. Muchas de sus películas tienen momentos de puro impresionismo (animado por ser cine) si se los desea ver. En este sentido, su obra maestra, homenaje no declarado a los impresionistas, es "Une partie de campagne" (1936 ), una obra relativamente breve, basada en un cuento de Guy de Maupassant, que constituye sin duda un poema visual en B&N lleno del juego de luces y sombras de los impresionistas, y de su celebración de la naturaleza. Pese a esto, un poema amargo como nunca lo insinuaría una pintura impresionista. Cuando, hacia el final de la filmación, se descargó un lluvia intensa y persistente en ese lugar alejado en el que realizaron el rodaje, Renoir improvisó, como le gustaba, y filmó algunos de los momentos más pictóricos del film, realmente inolvidables porque acompañan, emocionalmente, al desarrollo de la historia. Pasada su dudosa incursión en Hollywood, producto del éxodo por Hitler y la ocupación de Francia, Renoir retomó sus temas e incursionó en el color, haciendo "The River" (1951 ) que aún hoy es festejada por su uso de ese recurso, (maravilloso si se ve la película en una remasterización), y su perfecta ambientación en la India. Luego, ya en Francia, Renoir hizo sucesivamente tres comedias ligeras, "La carroza de oro", "Elena y los hombres" y "French Can Can" (1953-56), cada una de ellas con algo que decir. Las tres filmadas en magnífico, rotundo color, un espectáculo en sí mismo. En la última, evoca el Montmartre de la belle epoque que había conocido tan de cerca, porque allí vivió su familia paterna por largos años. Su última obra de envergadura, "Dejeneur sur L'herbe" (1959), toma, por supuesto,su título del muy famoso cuadro del impresionista Eduard Manet, amigo de su padre. Aquí más que nunca Renoir se vuelve él mismo impresionista, filmando en la vieja casa paterna de Niza y la campiña que la rodeaba. Un científico entusiasta de la inseminación artificial se encuentra con las fuerzas de la naturaleza en la forma de una muchacha tan atractiva como espontánea. Puro Renoir, con humor burlón pero bonhómico. Hacia el final de su carrera. como empezó,
Héctor, supongo que la que nos recomendaría de esta etapa de Renoir es The River, no? En nuestras lecturas previas a la preparación del poster encontramos que es una preferida de Scorsese quien dijo que con The Red Shoes "son las dos películas en color más hermosas que se hayan hecho".
Estimada Lola, supone Ud. bien. "The river" debe ser la elección. Esto no sólo por una cuestión cronológica, que siempre es preferible cuando se siguen artistas con interés, sino porque este momento en el cual Renoir tomó, por así decirlo, la paleta de su padre, es histórico en el cine francés. Argumentalmente, el film, basado en un libro semiautobiográfico de la novelista que también dió lugar a esa otra obra maestra del color en el cine, "Black Narcisus", de Michael Powell, no citada al parecer por Scorsese, es intimista y haba de muchas cosas, finalmente, de la indferencia de la naturaleza hacia el ser humano, que la teme y la ama a l mismo tiempo. No siempre es fácil coincidir con la temática del cine de Scorsese, pero es un hombre que por cierto ama al cine por sí mismo, y lo que diga sobre él será siempre digno de ser escuchado. Por cierto, "The red shoes" es una hermosura en todo sentido, y no debería dejar de ser vista por los entendidos que animan este blog.
Dado que nadie más aporta, me explayo un poco más en mi breve comentario anterior. Las escenas en el tren me parecieron de una fuerza poderosa. Leí en algún lado que La Bestia Humana se hizo porque Gabin quería actuar en una película que tuviera que ver con trenes y tanto él como Carette aprendieron como manejar la locomotora (que en esa época era un poco más complicado que manejar las del Sarmiento actualmente, donde parece que lo podés hacer mientras leés). Se percibe esa familiaridad con la máquina y ya sabemos la atención que genera ver a alguien desarrollar una tarea con esfuerzo y pasión. Pero lo que tiene que ver con la "enfermedad" del protagonista no me convención tanto. Sería lo que hoy llamamos un asesino serial? Sus ataques son tan esporádicos y abruptos que por lo menos a mi no me convencieron. Y lo que sería la historia de amor tampoco me atrapó tanto, aunque a medida que pasa el tiempo la recuerdo con más méritos: hacían falta tantas muertes, efectivas o planeadas? Tal vez en estas épocas, de menor compromiso afectivo y mayor individualismo, nos resulte un poco incompresible la fuerza de esas emociones. Me parece que el melodrama ya nunca volverá a ser lo que era. La fotografía, de las mejores que hemos visto, a mi entender. Cómo iluminan esos rostros! Por suerte en la próxima película, Las Reglas del Juego, lo volvemos a ver a Carette (qué grande!). Este podría haber sido su ciclo tanto como de Renoir?
Sra. Malala, la desafío a que consulte la sección de noticias policiales de cualquier diario y no encuentre una relativa a algún marido celoso que ultima a su compañera. El melodrama está tan vivo como en el siglo pasado o en el anterior.
Evidentemente Malala es fan de Carette. Sólo usa signos de exclamación cuando se trata de él. Me gustó su papel en esta historia, su amistad silenciosa, comprensiva y sincera cuando hizo falta. Coincido con Emilio Z., "La bestia humana" nos acompañará siempre, internamente. Por eso me resultó tan depre esta película. Tiene el tono de lo irremediable.
Lantier aparece como alguien tan controlado, claro, fuera de esos episodios, que tiene absolutamente identificados y que no sabe como resolver. Él lo asocia con los estragos del alcohol en su línea familiar, pero la furia no tiene por qué estar conectada sólo con eso. Aparentemente sólo se desencadena con las mujeres. Si lo enfocamos en el "hombre", me lleva a pensar que hay algo que se les hace insoportable, y me parece que es la falta de control sobre el amor. No sólo sobre la mujer, sino sobre su propio sentir. No me pareció tanto un asesino serial, no tenía patrón establecido, sólo arranques, ligados a la tristeza, a la angustia.
HERMOSO todo el trasfondo ferroviario, con imágenes superlativas que todos ya detallaron. Me impresionó el sonido, fue muy impactante, intenso, y clave en el clima previo a determinados momentos de la historia. Lison, tenía problemáticas de solución técnico-científica Malala, el amor no.
Yo percibo un patrón: sólo siente esos impulsos con las mujeres que ama. Y además, en la escena en que habla con Severine del asesinato de Grandmorin, si no recuerdo mal, exhibe un interés extremo (podríamos decir malsano) en la descripción de los detalles.
Dejemos hablar al mismo Renoir. En su autobiografía, escrita con la modestia que puede esperarse, "My life and Films" en la traducción inglesa, Renoir dedica un par de páginas a "La bestia humana". Son impagables y resumen su visión del cine. " La bete humaine" reforzó mis deseos de obtener un "realismo poético". La masa de acero de la locomotora se volvió en mi imaginación la alfombra voladora de la fábula oriental…El escenario de locomotoras, vías férreas y chorros de vapor me habían proporcionado esa poesía, o, más bien, se lo habían dado a los actores y permitido meterse en la piel de sus personajes mejor de lo que cualquier dirección pudiera haberles dado ,"
Estimada Lola: La autobiografía de Renoir tiene, según el índice, una sola referencia a Julian Carette, justamente en su comentario, o mejor dos en la misma página, enla que habla de La Bestia Humana. Se está refiriendo, siempre el realista, a la influencia positiva que tuvo para Gabin y Carette filmar en una locomotora real. "Dicho brevemente, el escenario había triunfado" (siempre, como se ve, restándose mérito)
Nota: pero ninguna referencia a los méritos cómicos de Carette. No es raro. Sólo dedica un capítulo a Michel Simon. El título del libro es engañoso, Renoir no habla mucho de sus films, mucho menos de sus aspectos técnicos, excepto como ejemplos de otras cosas.O será que uno espera más siempre, como un avaro, y a pesar de todo, de una capacidad de creación como la de Renoir. Pero somos egoístas, o lo es él.
Felicitaciones por la magnífica fotografía de Jean Gabin en el tren. Un bun exponente de lo que puede hacer el blanco y negro.
ReplyDeleteGracias, Hector, fue difícil elegir una.
DeleteUna primera opinión: me resultó mucho más interesante la historia de amor con Lison que con Severine.
ReplyDeleteUna nota sobre Renoir y el color.
ReplyDeleteMi anterior comentario comparando B&N y color, a raíz de una observación sobre la negativa a ver B&N, pudiera ser vista como una subestimación absoluta del color en el cine, y deseo corregir esa impresión, al menos en en el caso de Jean Renoir.
Renoir era hijo del gran pintor impresionista Pierre Auguste Renoir. Nadie puede no haber visto, siquiera de reojo alguna pintura de este excelso artista, cuya obra transmite, entre otras cosas, una paz interior a la que la de su hijo no es ajena. Mal podía este hijo de tamaño padre no interesarse en el color, incluso en su expresión a través el B&N, lo que no es un imposible. Muchas de sus películas tienen momentos de puro impresionismo (animado por ser cine) si se los desea ver. En este sentido, su obra maestra, homenaje no declarado a los impresionistas, es "Une partie de campagne" (1936 ), una obra relativamente breve, basada en un cuento de Guy de Maupassant, que constituye sin duda un poema visual en B&N lleno del juego de luces y sombras de los impresionistas, y de su celebración de la naturaleza. Pese a esto, un poema amargo como nunca lo insinuaría una pintura impresionista. Cuando, hacia el final de la filmación, se descargó un lluvia intensa y persistente en ese lugar alejado en el que realizaron el rodaje, Renoir improvisó, como le gustaba, y filmó algunos de los momentos más pictóricos del film, realmente inolvidables porque acompañan, emocionalmente, al desarrollo de la historia.
Pasada su dudosa incursión en Hollywood, producto del éxodo por Hitler y la ocupación de Francia, Renoir retomó sus temas e incursionó en el color, haciendo "The River" (1951 ) que aún hoy es festejada por su uso de ese recurso, (maravilloso si se ve la película en una remasterización), y su perfecta ambientación en la India. Luego, ya en Francia, Renoir hizo sucesivamente tres comedias ligeras, "La carroza de oro", "Elena y los hombres" y "French Can Can" (1953-56), cada una de ellas con algo que decir. Las tres filmadas en magnífico, rotundo color, un espectáculo en sí mismo. En la última, evoca el Montmartre de la belle epoque que había conocido tan de cerca, porque allí vivió su familia paterna por largos años.
Su última obra de envergadura, "Dejeneur sur L'herbe" (1959), toma, por supuesto,su título del muy famoso cuadro del impresionista Eduard Manet, amigo de su padre. Aquí más que nunca Renoir se vuelve él mismo impresionista, filmando en la vieja casa paterna de Niza y la campiña que la rodeaba. Un científico entusiasta de la inseminación artificial se encuentra con las fuerzas de la naturaleza en la forma de una muchacha tan atractiva como espontánea. Puro Renoir, con humor burlón pero bonhómico. Hacia el final de su carrera. como empezó,
Héctor, supongo que la que nos recomendaría de esta etapa de Renoir es The River, no? En nuestras lecturas previas a la preparación del poster encontramos que es una preferida de Scorsese quien dijo que con The Red Shoes "son las dos películas en color más hermosas que se hayan hecho".
ReplyDeleteEstimada Lola, supone Ud. bien. "The river" debe ser la elección. Esto no sólo por una cuestión cronológica, que siempre es preferible cuando se siguen artistas con interés, sino porque este momento en el cual Renoir tomó, por así decirlo, la paleta de su padre, es histórico en el cine francés. Argumentalmente, el film, basado en un libro semiautobiográfico de la novelista que también dió lugar a esa otra obra maestra del color en el cine, "Black Narcisus", de Michael Powell, no citada al parecer por Scorsese, es intimista y haba de muchas cosas, finalmente, de la indferencia de la naturaleza hacia el ser humano, que la teme y la ama a l mismo tiempo.
ReplyDeleteNo siempre es fácil coincidir con la temática del cine de Scorsese, pero es un hombre que por cierto ama al cine por sí mismo, y lo que diga sobre él será siempre digno de ser escuchado. Por cierto, "The red shoes" es una hermosura en todo sentido, y no debería dejar de ser vista por los entendidos que animan este blog.
Dado que nadie más aporta, me explayo un poco más en mi breve comentario anterior.
ReplyDeleteLas escenas en el tren me parecieron de una fuerza poderosa. Leí en algún lado que La Bestia Humana se hizo porque Gabin quería actuar en una película que tuviera que ver con trenes y tanto él como Carette aprendieron como manejar la locomotora (que en esa época era un poco más complicado que manejar las del Sarmiento actualmente, donde parece que lo podés hacer mientras leés). Se percibe esa familiaridad con la máquina y ya sabemos la atención que genera ver a alguien desarrollar una tarea con esfuerzo y pasión.
Pero lo que tiene que ver con la "enfermedad" del protagonista no me convención tanto. Sería lo que hoy llamamos un asesino serial? Sus ataques son tan esporádicos y abruptos que por lo menos a mi no me convencieron.
Y lo que sería la historia de amor tampoco me atrapó tanto, aunque a medida que pasa el tiempo la recuerdo con más méritos: hacían falta tantas muertes, efectivas o planeadas?
Tal vez en estas épocas, de menor compromiso afectivo y mayor individualismo, nos resulte un poco incompresible la fuerza de esas emociones. Me parece que el melodrama ya nunca volverá a ser lo que era.
La fotografía, de las mejores que hemos visto, a mi entender. Cómo iluminan esos rostros!
Por suerte en la próxima película, Las Reglas del Juego, lo volvemos a ver a Carette (qué grande!). Este podría haber sido su ciclo tanto como de Renoir?
Sra. Malala, la desafío a que consulte la sección de noticias policiales de cualquier diario y no encuentre una relativa a algún marido celoso que ultima a su compañera. El melodrama está tan vivo como en el siglo pasado o en el anterior.
DeleteEvidentemente Malala es fan de Carette. Sólo usa signos de exclamación cuando se trata de él. Me gustó su papel en esta historia, su amistad silenciosa, comprensiva y sincera cuando hizo falta.
DeleteCoincido con Emilio Z., "La bestia humana" nos acompañará siempre, internamente.
Por eso me resultó tan depre esta película. Tiene el tono de lo irremediable.
Lantier aparece como alguien tan controlado, claro, fuera de esos episodios, que tiene absolutamente identificados y que no sabe como resolver. Él lo asocia con los estragos del alcohol en su línea familiar, pero la furia no tiene por qué estar conectada sólo con eso. Aparentemente sólo se desencadena con las mujeres. Si lo enfocamos en el "hombre", me lleva a pensar que hay algo que se les hace insoportable, y me parece que es la falta de control sobre el amor. No sólo sobre la mujer, sino sobre su propio sentir. No me pareció tanto un asesino serial, no tenía patrón establecido, sólo arranques, ligados a la tristeza, a la angustia.
HERMOSO todo el trasfondo ferroviario, con imágenes superlativas que todos ya detallaron. Me impresionó el sonido, fue muy impactante, intenso, y clave en el clima previo a determinados momentos de la historia.
Lison, tenía problemáticas de solución técnico-científica Malala, el amor no.
Yo percibo un patrón: sólo siente esos impulsos con las mujeres que ama. Y además, en la escena en que habla con Severine del asesinato de Grandmorin, si no recuerdo mal, exhibe un interés extremo (podríamos decir malsano) en la descripción de los detalles.
DeleteDejemos hablar al mismo Renoir. En su autobiografía, escrita con la modestia que puede esperarse, "My life and Films" en la traducción inglesa, Renoir dedica un par de páginas a "La bestia humana". Son impagables y resumen su visión del cine. " La bete humaine" reforzó mis deseos de obtener un "realismo poético". La masa de acero de la locomotora se volvió en mi imaginación la alfombra voladora de la fábula oriental…El escenario de locomotoras, vías férreas y chorros de vapor me habían proporcionado esa poesía, o, más bien, se lo habían dado a los actores y permitido meterse en la piel de sus personajes mejor de lo que cualquier dirección pudiera haberles dado ,"
ReplyDeleteHector, alguna mención a Carette en la autobiografía de Renoir?
DeleteEstimada Lola: La autobiografía de Renoir tiene, según el índice, una sola referencia a Julian Carette, justamente en su comentario, o mejor dos en la misma página, enla que habla de La Bestia Humana. Se está refiriendo, siempre el realista, a la influencia positiva que tuvo para Gabin y Carette filmar en una locomotora real. "Dicho brevemente, el escenario había triunfado" (siempre, como se ve, restándose mérito)
ReplyDeleteNota: pero ninguna referencia a los méritos cómicos de Carette. No es raro. Sólo dedica un capítulo a Michel Simon. El título del libro es engañoso, Renoir no habla mucho de sus films, mucho menos de sus aspectos técnicos, excepto como ejemplos de otras cosas.O será que uno espera más siempre, como un avaro, y a pesar de todo, de una capacidad de creación como la de Renoir. Pero somos egoístas, o lo es él.
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