Sunday, March 13, 2022

2022.02.14: Les Amants de Montparnasse (1958, Jacques Becker)


 Esta semana vemos Les Amants de Montparnasse. Esperamos en sus comentarios.

1 comment:

  1. Hacía rato que no veía una película tan triste, me acordé de lo mal que me hacía sentir ver Umberto D de De Sica que la daban tan frecuentemente en la tele cuando era chica, ahora creo que no podría verla. Les amants de Montparnasse la había visto hace unos años... pero creo que la primera vez no me hizo el mismo efecto, quizás ahora fue peor porque estaba alertada o conocía el argumento y entonces reparé en otras cosas.

    Hay tres escenas que me gustan mucho:

    1. La subjetiva de Modi cuando mira por el balcón para ver si Jeanne está llegando la tarde en que ella promete mudarse con él. Precioso ese plano que recorre la calle y nos hace partícipes de su ansiedad, la cámara tiene un movimiento como el de los ojos cuando barren una superficie buscando algo, otros movimientos de cámara en la peli no tienen esa cualidad.

    2. La mano impaciente de Berthe Weill sobre el barral de las cortinas de su vidriera y cómo ve a los transeúntes parados delante de la obra de Modi completamente ocupados en otras cosas. Otra muestra de cómo con un par de planos se puede decir más que con palabras cuando de cine se trata.

    3. La secuencia casi final, cuando Morel sigue a Modi ¡terrible pero muy hermosa!

    En esta peli sí nos encontramos con esa figura del artista atormentado que mencionaba Malala en su comentario sobre Utamaro. No sé cómo funcionaban el circuito y el mercado del arte en Japón, pero en Occidente esa figura es una construcción más ligada al Romanticismo y relacionada a la autonomía del arte propia de la modernidad, el arte como expresión de la subjetividad del artista y de su mirada personalísima sobre la vida y su tiempo. Becker logra -contando la vida de Modigliani- retratar un momento clave de la historia del arte, cuando los pintores modernos rompen con la tradición de la academia pero eso mismo los margina y los condena a la pobreza. La escena inicial en la que el obrero rechaza el retrato que le ha hecho Modi y -en el otro extremo- el empresario norteamericano queriendo comprar su obra para convertirla en etiquetas de perfume, muestran el destino del artista moderno: incomprendido y no apreciado por el hombre común, mercantilizado por los adinerados. Un detalle que completa la escena es que el obrero puede pagar la consumición de todos los de la mesa, mientras los artistas no tienen ni una moneda. Esto también es una forma de mostrar -apenas con unas "pinceladas"- el descalabro que significa vivir en una sociedad capitalista: ser un creador (en lugar de un artesano como en el Renacimiento) tiene un alto costo: pobreza, incomprensión, rechazo, marginalidad. En el destino trágico de Modigliani hay algo de lo personal (por eso, supongo, la cita a Van Gogh), pero también del tiempo en el que le tocó vivir.

    Un párrafo aparte merece el personaje de Lino Ventura (tan justo y sobrio, como siempre) y la forma en que está incluido en momentos claves de la película: esa primera escena en el bar con los obreros, las dos escenas en la galería Weill y por supuesto las secuencias finales donde queda claro que Morel representa a actores intrínsecos al mercado del arte, para los cuales los artistas valen más muertos que vivos. Un carancho, podríamos decir.

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