Habré visto una hora de película y me está costando mucho: no por nada que sea estrictamente cinematogáfico sino porque tengo muy baja tolerancia a la manipulación y la crueldad. Estos amigos tarados, tremendos gradotes que se ríen de cualquier pavada y que seguramente no tienen mucho para hacer si pueden estar tramando estos planes detestables me provocan un disgusto dificil de manejar. Y no tengo muchas ganas de ver a Isabel desilusionarse y sufrir aunque no me cae muy bien. Voy a hacer el esfuerzo de terminarla pero no prometo nada.
La terminé y me gustó mucho más de lo que esperaba. Sobre todo agradecí la decisión de evitarnos el escarnio público de Isabel, creo que se logró una salida muy decorosa con la aparición del amigo de Juan. Y también me gustó mucho la decisión de Isabel de quedarse en el pueblo, aunque pueda parecer un final un poco pesimista. Podrá serlo pero la eventualidad de una realidad distinta en otro lugar es ilusoria, lo que es peor. La reacción de Juan me pareció un poco excesiva (muy drama queen) pero al menos demuestra algo de humanidad.
Me pasó lo mismo, Malala, me daban ganas de apagar y patear el monitor. No es que se me haya pasado mucho la bronca y la impotencia, eh! Qué desgracia de película, por favor. No a nivel cinematográfico sino por la amargura que provoca. Esa manga de tarados y su crueldad, el cobarde de Juan y su crueldad, los comentarios de la gente del pueblo y su crueldad. Me gustó que el amigo de Juan también lo cague a pedos al sujeto de la biblioteca, el que se bancó la jodita del ataud, porque el silencio cómplice ante todo es igual de repugnante. Sí, el final, está bueno. Como historia, no como conclusión de nada. Las frases de Tonia sobe la mujer que vive esperando y su vida depende de eso, es realmente angustiante. Qué vida triste y pocacosa.... no la de Isabel, que nunca tuvo alguna posibilidad de elección, sino de los que eligen la maldad como diversión. Cuántas de estas cosas persisten? En las ciudades grandes el anonimato protege, pero en los pueblos? Vivir de la vida de los otros.
Para mí, Malalis, Juan no demuestra nada de humanidad. Es un cobarde y totalmente manipulable -pero no para las cosas buenas, sólo para las malas-, un tipo de mierda. Isabel lo describe perfecto. Quizás pase un poco desapercibida esa conversación en la estación de trenes, porque siempre el juicio de valor cae sobre ella, pero la verdad es que la descripción fue durísima. El drama era porque no había forma de no salir malparado, de ser un canalla. Incluso pensó en matarla para sacarse el garrón de encima, o yo entendí mal la escena del pozo. Una porquería de cabo a rabo.
Habré visto una hora de película y me está costando mucho: no por nada que sea estrictamente cinematogáfico sino porque tengo muy baja tolerancia a la manipulación y la crueldad.
ReplyDeleteEstos amigos tarados, tremendos gradotes que se ríen de cualquier pavada y que seguramente no tienen mucho para hacer si pueden estar tramando estos planes detestables me provocan un disgusto dificil de manejar. Y no tengo muchas ganas de ver a Isabel desilusionarse y sufrir aunque no me cae muy bien.
Voy a hacer el esfuerzo de terminarla pero no prometo nada.
La terminé y me gustó mucho más de lo que esperaba. Sobre todo agradecí la decisión de evitarnos el escarnio público de Isabel, creo que se logró una salida muy decorosa con la aparición del amigo de Juan.
DeleteY también me gustó mucho la decisión de Isabel de quedarse en el pueblo, aunque pueda parecer un final un poco pesimista. Podrá serlo pero la eventualidad de una realidad distinta en otro lugar es ilusoria, lo que es peor.
La reacción de Juan me pareció un poco excesiva (muy drama queen) pero al menos demuestra algo de humanidad.
Me pasó lo mismo, Malala, me daban ganas de apagar y patear el monitor.
ReplyDeleteNo es que se me haya pasado mucho la bronca y la impotencia, eh!
Qué desgracia de película, por favor. No a nivel cinematográfico sino por la amargura que provoca.
Esa manga de tarados y su crueldad, el cobarde de Juan y su crueldad, los comentarios de la gente del pueblo y su crueldad.
Me gustó que el amigo de Juan también lo cague a pedos al sujeto de la biblioteca, el que se bancó la jodita del ataud, porque el silencio cómplice ante todo es igual de repugnante.
Sí, el final, está bueno. Como historia, no como conclusión de nada.
Las frases de Tonia sobe la mujer que vive esperando y su vida depende de eso, es realmente angustiante.
Qué vida triste y pocacosa.... no la de Isabel, que nunca tuvo alguna posibilidad de elección, sino de los que eligen la maldad como diversión. Cuántas de estas cosas persisten? En las ciudades grandes el anonimato protege, pero en los pueblos? Vivir de la vida de los otros.
Para mí, Malalis, Juan no demuestra nada de humanidad. Es un cobarde y totalmente manipulable -pero no para las cosas buenas, sólo para las malas-, un tipo de mierda. Isabel lo describe perfecto. Quizás pase un poco desapercibida esa conversación en la estación de trenes, porque siempre el juicio de valor cae sobre ella, pero la verdad es que la descripción fue durísima. El drama era porque no había forma de no salir malparado, de ser un canalla. Incluso pensó en matarla para sacarse el garrón de encima, o yo entendí mal la escena del pozo. Una porquería de cabo a rabo.