Una delicia del primero al último de sus .económicos 80 minutos Lo que más me gustó, y claro que acá no descubro nada, es la bella cinematografía en blanco y negro. Es perfecto como la iluminación realza el exotismo, el misterio y el romanticismo del ambiente y la historia. Pero además me encantaron los personajes que se encuentran en el tren - donde nadie es lo que parece - y las líneas inteligentes que les toca interpretar que se entrelazan en diálogos inolvidables. Se podría criticar que el argumento es ridículo, que la pintura de China es fantasiosa o empleando cualquier otro argumento que tenga base en la verosimilitud. Acá no importa nada si lo que pasa es creíble o no: importa la magia absoluta que nos envuelve, nos transporta y nos invita a compartir ese viaje en tren a Shanghai fumando y escuchando jazz.
Coincido en todo, Malala, pero vayamos a lo nuestro. El final. Dejemos de lado géneros, estereotipos, finales felices que quiere la gente, eso lo tengo claro. En este caso: Por qué no me molesta el beso del reencuentro? es increíble. Por qué no me molesta el amor? para nada, sobre todo cuando es profundo, inmensurable y marcado por el malentendido. Por qué tampoco me molesta saber el final? porque el cine está lleno de obviedades y me las banco. (por supuesto que me sorprendo gratamente cuando, en raras ocasiones, logran salir de ciertos libretos). No hacía falta ese beso ridículo y con un airecito humorístico sin registro alguno en toda la peli. Una mirada, una caminata con esas últimas líneas o cualquier otra cosa... por favor.... Un amor que cala tan hondo arruinado con ese besito. En fin. Leí hace poco esta línea: "¿Cómo hubiese podido describir aquella relación, aun para mí mismo, sin estropearla o insultarla con los chillones adornos del sentimentalismo?". Muy buena la historia articulada alrededor de la existencia de confianza (y el juego con la fe, mal que me pese) en el amor como determinante. Me encantó.
Esta es una película que no es fácil recomendar, y no solo porque data de muchas décadas, y se nota, sino también porque la trama no envuelve demasiado. De cualquier forma, para aquellos que hacen del cine, casi, un culto y, por lo tanto, necesitan ver todo porque en el todo siempre hay “algo para recordar” le podría decir lo siguiente, siempre contextualizando la época de realización del film: ah!, que belleza es el blanco y negro; ah, ah!! que belleza es la fotografía, sobre todo cuando la misma incluye vapores y humos varios y el contraste blanco-negro es más nítido; ah, ah, ah!!! Marlene para toda la vida y esa mirada a media asta que enloquece y que está tan bien enfocada e iluminada por el “amante” director del film; ah,ah,ah,ah!!!! el beso por la mitad de la película constituye un prodigio de equilibrio e iluminación y será de esas cosas que uno recordará inmediatamente cuando en una reunión cualquiera se hable de besos en el cine. Debo recordar aquí que los distintos personajes están bien marcados y la actuación de Clive Brook (Doc Harvey) es muy buena. No hablé de la de Marlene porque se da por sentado que es AhAhAhAh!!!!!! Mostrar menos
Una delicia del primero al último de sus .económicos 80 minutos
ReplyDeleteLo que más me gustó, y claro que acá no descubro nada, es la bella cinematografía en blanco y negro. Es perfecto como la iluminación realza el exotismo, el misterio y el romanticismo del ambiente y la historia.
Pero además me encantaron los personajes que se encuentran en el tren - donde nadie es lo que parece - y las líneas inteligentes que les toca interpretar que se entrelazan en diálogos inolvidables.
Se podría criticar que el argumento es ridículo, que la pintura de China es fantasiosa o empleando cualquier otro argumento que tenga base en la verosimilitud. Acá no importa nada si lo que pasa es creíble o no: importa la magia absoluta que nos envuelve, nos transporta y nos invita a compartir ese viaje en tren a Shanghai fumando y escuchando jazz.
Coincido en todo, Malala, pero vayamos a lo nuestro. El final.
ReplyDeleteDejemos de lado géneros, estereotipos, finales felices que quiere la gente, eso lo tengo claro.
En este caso: Por qué no me molesta el beso del reencuentro? es increíble. Por qué no me molesta el amor? para nada, sobre todo cuando es profundo, inmensurable y marcado por el malentendido. Por qué tampoco me molesta saber el final? porque el cine está lleno de obviedades y me las banco. (por supuesto que me sorprendo gratamente cuando, en raras ocasiones, logran salir de ciertos libretos).
No hacía falta ese beso ridículo y con un airecito humorístico sin registro alguno en toda la peli. Una mirada, una caminata con esas últimas líneas o cualquier otra cosa... por favor.... Un amor que cala tan hondo arruinado con ese besito. En fin.
Leí hace poco esta línea: "¿Cómo hubiese podido describir aquella relación, aun para mí mismo, sin estropearla o insultarla con los chillones adornos del sentimentalismo?".
Muy buena la historia articulada alrededor de la existencia de confianza (y el juego con la fe, mal que me pese) en el amor como determinante. Me encantó.
Esta es una película que no es fácil recomendar, y no solo porque data de muchas décadas, y se nota, sino también porque la trama no envuelve demasiado. De cualquier forma, para aquellos que hacen del cine, casi, un culto y, por lo tanto, necesitan ver todo porque en el todo siempre hay “algo para recordar” le podría decir lo siguiente, siempre contextualizando la época de realización del film: ah!, que belleza es el blanco y negro; ah, ah!! que belleza es la fotografía, sobre todo cuando la misma incluye vapores y humos varios y el contraste blanco-negro es más nítido; ah, ah, ah!!! Marlene para toda la vida y esa mirada a media asta que enloquece y que está tan bien enfocada e iluminada por el “amante” director del film; ah,ah,ah,ah!!!! el beso por la mitad de la película constituye un prodigio de equilibrio e iluminación y será de esas cosas que uno recordará inmediatamente cuando en una reunión cualquiera se hable de besos en el cine. Debo recordar aquí que los distintos personajes están bien marcados y la actuación de Clive Brook (Doc Harvey) es muy buena. No hablé de la de Marlene porque se da por sentado que es AhAhAhAh!!!!!!
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Pero Carlos! Ya sabemos que usted es un hiperrealista pero pemita algún mínimo espacio para a magia...
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