La perla me resulta una película muy oscura, la escalada de violencia se vuelve descontrolada y, aunque es posible anticipar un final dramático, me sorprende lo cruel que llega a ser. Me parece que la película es un poco injusta con Quino. En esta parábola sobre los peligros de la avaricia parece unirlo al doctor o el comerciante de perlas, y creo que un poco le achaca las horribles consecuencias de conservar la perla, a pesar de las advertencias de Juana. Pero esta familia es muy pobre y sus aspiraicones son muy básicas : que su hijo tenga zapatos y una cama y que pueda estudiar. Tal vez no lo interpreto bien pero me dio esa impresión. De una serie de personajes mezquinos y/o malvados me resultó particularmente horrible el doctor. La cinematografía de Gabriel Figueroa es, nuevamente, maravillosa. Me encantaron las escenas de la fiesta y las del pantano (o lo que fuera) aterradoras.
Coincido en que la película es injusta con Quino y lo pone un poco a la altura de los codiciosos, de los corruptos y de los ladrones. Porque Quino y Juana obtienen la perla trabajando (trabajo en el que, además, Quino arriesga su vida) y la mayor parte de los errores y las desgracias de Quino provienen de la codicia de los demás. A Quino nada se le sube a la cabeza, son el doctor, los supuestos amigos, el comprador de perlas, los que lo engañan aprovechándose de su ingenuidad e ignorancia. A mí más que la violencia me costó el abuso, me cuesta mucho ver cómo se aprovechan de los pobres, me subleva, pero a pesar de eso, la vi completa. Las escenas de la fiesta son alucinantes y me gustaron las actuaciones. El doctor es repulsivo.
Es más que injusta: ¿dónde quedan Quino y Juana si son castigados por querer satisfacer necesidades básicas y hacerlo, además, a través del fruto de su trabajo? No sé si la novela de Steinbeck será tal cual la película, pero el mensaje es medio de terror.
La perla me resulta una película muy oscura, la escalada de violencia se vuelve descontrolada y, aunque es posible anticipar un final dramático, me sorprende lo cruel que llega a ser.
ReplyDeleteMe parece que la película es un poco injusta con Quino. En esta parábola sobre los peligros de la avaricia parece unirlo al doctor o el comerciante de perlas, y creo que un poco le achaca las horribles consecuencias de conservar la perla, a pesar de las advertencias de Juana. Pero esta familia es muy pobre y sus aspiraicones son muy básicas : que su hijo tenga zapatos y una cama y que pueda estudiar. Tal vez no lo interpreto bien pero me dio esa impresión.
De una serie de personajes mezquinos y/o malvados me resultó particularmente horrible el doctor.
La cinematografía de Gabriel Figueroa es, nuevamente, maravillosa. Me encantaron las escenas de la fiesta y las del pantano (o lo que fuera) aterradoras.
Me faltó decir que la copia que nos facilitó Lola tenía un sonido horrible y me perdí algunos dipalogos. Leandro, volvé!
ReplyDeleteCoincido en que la película es injusta con Quino y lo pone un poco a la altura de los codiciosos, de los corruptos y de los ladrones. Porque Quino y Juana obtienen la perla trabajando (trabajo en el que, además, Quino arriesga su vida) y la mayor parte de los errores y las desgracias de Quino provienen de la codicia de los demás. A Quino nada se le sube a la cabeza, son el doctor, los supuestos amigos, el comprador de perlas, los que lo engañan aprovechándose de su ingenuidad e ignorancia. A mí más que la violencia me costó el abuso, me cuesta mucho ver cómo se aprovechan de los pobres, me subleva, pero a pesar de eso, la vi completa.
ReplyDeleteLas escenas de la fiesta son alucinantes y me gustaron las actuaciones. El doctor es repulsivo.
Es más que injusta: ¿dónde quedan Quino y Juana si son castigados por querer satisfacer necesidades básicas y hacerlo, además, a través del fruto de su trabajo? No sé si la novela de Steinbeck será tal cual la película, pero el mensaje es medio de terror.
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