Qué difícil se me hizo esta peli dios.... Es hermosa y como siempre amo la mirada detallista japonesa del entorno, de los procesos y de los momentos, pero no estoy para tanto sufrimiento. No voy a hablar de la muerte del nene porque es muy golpe bajo. Pero desde el principio estaba angustiada sabiendo que tarde o temprano se iba a caer el balde de agua. Las caras de esfuerzo subiendo esa gran roca que tenían como hogar eran muy fuertes. El sacrifico y el trabajo duro me quedaron más que claros. Demasiado. También algunos momentos de felicidad, que tenían que ver siempre con la familia. Los momento de la comida, el baño, la pesca que lograron los nenes... Disfruté, sí, de la cosecha y del procesamiento de los granos. Incluyendo todos lo mecanismos y rutinas de almacenamiento. La fotografía y la música, bellísimas. El funeral, demasiado áspero todo en cuanto a emociones. Profundo pero áspero, como su vida.
Me gustó, se me hizo un poco ardua por la falta de diálogos y la música que me agobió un poco. Me emocionó cuando la madre busca la katana para enterrarla con el hijo, pensé que quizás ella fuera descendiente de samurais. La muerte del nene no me resultó tan golpe bajo como comenta Cora, porque me parece que la película cuenta cómo es de dura la vida en una isla desierta cuando en la ciudad se vive con las comodidades propias de la modernidad. No sé si esto encaja de alguna manera en la historia de Japón o simplemente es la historia que el director quiso contar. Me encantaron los planos aéreos de la isla.
Me gustó mucho cuando la vi, creo que armé este ciclo sólo para poder incluirla. Me encanta el detalle con el que muestra la vida cotidiana, con sus momentos felices y los trágicos. Y sobre todo esa entrega al trabajo que en algún momento se me hizo con poco sentido. Con tan poco sentido como encontramos a veces en nuestra rutina de todos los días en una ciudad grande. Se muestra como un bucle del que paece imposible salir, que demanda mucho esfuerzo y provoca pocas satisfacciones. Pocas veces senti con tanta nitidez el esfuerzo físico y la atención como los que pone la mujer subiendo los baldes por esa ladera. Que no tuviera diálogos me parece natural en un ambiente en el que viven pocas personas y en el que no pasa mucho. Creo que el único sonido que escuchamos de una voz es el llanto de la madre ante la muerte del hijo, que resulta así más conmovedor. Ahí nos damos cuenta de que el silencio no es una elección del director: esta gente no tiene de qué hablar. Y me encantó su gesto de bronca ante lo que pasó, o tal vez ante lo duro de la vida que les toca llevar. Aunque, claro, es inutil ya que no tiene otra alternativa.
Qué difícil se me hizo esta peli dios....
ReplyDeleteEs hermosa y como siempre amo la mirada detallista japonesa del entorno, de los procesos y de los momentos, pero no estoy para tanto sufrimiento.
No voy a hablar de la muerte del nene porque es muy golpe bajo. Pero desde el principio estaba angustiada sabiendo que tarde o temprano se iba a caer el balde de agua. Las caras de esfuerzo subiendo esa gran roca que tenían como hogar eran muy fuertes. El sacrifico y el trabajo duro me quedaron más que claros. Demasiado.
También algunos momentos de felicidad, que tenían que ver siempre con la familia. Los momento de la comida, el baño, la pesca que lograron los nenes...
Disfruté, sí, de la cosecha y del procesamiento de los granos. Incluyendo todos lo mecanismos y rutinas de almacenamiento.
La fotografía y la música, bellísimas.
El funeral, demasiado áspero todo en cuanto a emociones. Profundo pero áspero, como su vida.
Me gustó, se me hizo un poco ardua por la falta de diálogos y la música que me agobió un poco. Me emocionó cuando la madre busca la katana para enterrarla con el hijo, pensé que quizás ella fuera descendiente de samurais.
ReplyDeleteLa muerte del nene no me resultó tan golpe bajo como comenta Cora, porque me parece que la película cuenta cómo es de dura la vida en una isla desierta cuando en la ciudad se vive con las comodidades propias de la modernidad. No sé si esto encaja de alguna manera en la historia de Japón o simplemente es la historia que el director quiso contar.
Me encantaron los planos aéreos de la isla.
Me gustó mucho cuando la vi, creo que armé este ciclo sólo para poder incluirla.
ReplyDeleteMe encanta el detalle con el que muestra la vida cotidiana, con sus momentos felices y los trágicos. Y sobre todo esa entrega al trabajo que en algún momento se me hizo con poco sentido. Con tan poco sentido como encontramos a veces en nuestra rutina de todos los días en una ciudad grande. Se muestra como un bucle del que paece imposible salir, que demanda mucho esfuerzo y provoca pocas satisfacciones.
Pocas veces senti con tanta nitidez el esfuerzo físico y la atención como los que pone la mujer subiendo los baldes por esa ladera.
Que no tuviera diálogos me parece natural en un ambiente en el que viven pocas personas y en el que no pasa mucho. Creo que el único sonido que escuchamos de una voz es el llanto de la madre ante la muerte del hijo, que resulta así más conmovedor. Ahí nos damos cuenta de que el silencio no es una elección del director: esta gente no tiene de qué hablar.
Y me encantó su gesto de bronca ante lo que pasó, o tal vez ante lo duro de la vida que les toca llevar. Aunque, claro, es inutil ya que no tiene otra alternativa.