Vi la mitad. Vittorio está muy bien haciendo de canchero, sobrador, ocurrente (supuestamente), extrovertido. Tan bien lo hace que me hace preguntarme si quiero estar otra hora con semejante individuo tan insoportable.
Infumable. Bruno es INFUMABLE. Todo el tiempo identificada con el pobre pibe.... queriendo volver a mi casa. Por ahí yo lo hubiera mandado a freír churros al tercer desvío. La música italiana, por favor.... basta! piedad... Por supuesto que estos tipos te hacen pensar, imposible que no movilicen. Bien los recorridos y los acercamientos a momentos y rasgos italianos, acompañados de una hermosa fotografía. Sueño con la bocina del autito de Bruno. Pesadilla. Hay una parte, donde le compite a otro auto y le pega la vuelta a una fuente en un pueblito, que me hizo acordar un montón al corto de Wes Anderson, Castello Cavalcanti. Por ahí nada que ver, pero no pude evitar conectarlo en ese momento. Un poco interminable la escapada. Excelente final. Punto.
Vi la mitad. Vittorio está muy bien haciendo de canchero, sobrador, ocurrente (supuestamente), extrovertido. Tan bien lo hace que me hace preguntarme si quiero estar otra hora con semejante individuo tan insoportable.
ReplyDeleteInfumable. Bruno es INFUMABLE. Todo el tiempo identificada con el pobre pibe.... queriendo volver a mi casa. Por ahí yo lo hubiera mandado a freír churros al tercer desvío.
DeleteLa música italiana, por favor.... basta! piedad...
Por supuesto que estos tipos te hacen pensar, imposible que no movilicen.
Bien los recorridos y los acercamientos a momentos y rasgos italianos, acompañados de una hermosa fotografía.
Sueño con la bocina del autito de Bruno. Pesadilla.
Hay una parte, donde le compite a otro auto y le pega la vuelta a una fuente en un pueblito, que me hizo acordar un montón al corto de Wes Anderson, Castello Cavalcanti. Por ahí nada que ver, pero no pude evitar conectarlo en ese momento.
Un poco interminable la escapada.
Excelente final. Punto.